Una hora después del amanecer llegaron al lugar donde estaba el grupo de Rajim Baba, eran varios muchachos, tres de la edad de Jaidar, uno de ellos vestido con las ropas semejantes a las de Rajim Baba, los otros dos con ropa común, tres personas mayores, dos con ropa común y uno con ropa Qalandari, cuatro mas que tendrían mas de treinta años a los que se les decía Murshids y adivinando un poco mas el Shaij era Rajim Baba de mas de cuarenta años, un grupo compacto que caminaba de prisa. La dirección del recorrido era desconocida por todos excepto por el Shaij, tal vez una aventura así lejos de casa sin rumbo fijo aparente permite a la gente concentrarse en otras cosas mas importantes, cosas personales y reflexivas.
Durante el primer día nadie habló nada, como buen jinete Jaidar se dio cuenta que avanzaban hacia el norte, únicamente se detenían para hacer la oración mientras caminaban iban bebiendo o comiendo, lo notable es que uno de los murshids siempre estaba rezando y no atendía a otra cosa mientras el Shaij marcaba el paso. Al llegar la noche después de la oración desempacaron la comida, precisamente, el encargado de cargarla era Jaidar, cada persona en el grupo cargaba algo, hasta este punto Jaidar no sabía que era lo que se cargaba, parece que lo mas importante el agua y la comida eran lo único de lo que se tenía certeza. Se sentaron formando un círculo alrededor de una fogata y se repartieron trozos de cordero, pan y un poco de arroz, desde luego el que menos comió fue Jaidar, según el entendió por ser el nuevo del grupo.
El primero en hablar fue el Shaij, presentó a Jaidar con los demás, “Jaidar estos cuatro hombres son los murshids su función es la de ser mis representantes, ellos responden ante mí por cada uno de lo que ustedes haga, el mayor es Isa Mikal Qalandar, el segundo es Ibrahim Yibrail Qalandar, el tercero es Musa Israfil Qalandar y el cuarto es Adam Azrail Qalandar, ellos les indicarán que hacer y cual es el adab de nuestro grupo, también les indicarán cuando dirigirse a mi para que les conteste sus dudas, los demás que ves vestidos como nosotros también son derviches qalandar”. “Los que no están vestidos de qalandar son murids que quieren ser miembros de nuestra orden y tú, para que te conozcan eres nuestro invitado a nombre de tu murshid Rabbi Baba, únicamente lo estamos llevando con nosotros”, les indicó a todos Rajim Baba.
En el Qalandar el discípulo no tiene idea de a donde lo llevará el maestro, como muestra de sumisión el discípulo no pregunta nada acerca del viaje, simplemente lo toma y sigue con el. Aunque la primavera había dejado atrás al invierno un par de semanas, el frío de la noche en la meseta Afgana se puede volver insoportable, el grupo durmió alrededor de la fogata y cerca los unos de los otros.
El ritmo de las oraciones era implacable, el reloj biológico del maestro era impecable, desde las oraciones de tajayud y las cinco obligatorias, todas se hacían con precisión y exactitud. El murshid encargado de los jóvenes era Yibrail, con una paciencia que parecía infinita respondía a todas las preguntas de los muchachos, sin embargo tenía gran facilidad para desesperar a la gente y parte de su entrenamiento actual estaba encaminado a eso, tenía una ansiedad muy marcada y siempre estaba preocupado por que las cosas se hicieran casi perfectas y a tiempo, esta era la razón por la que siempre estaba ansioso. Los suministros eran administrados por el murshid Musa, aunque todo era supervisado por el maestro, la labor de Musa era ver que los suministros alcanzaran en la parte mas crítica de la travesía, al estar lejos de alguna población se comía dos veces al día y se bebía agua una vez al mediodía. El murshid Adam, aunque no era el de mayor edad se dedicaba a asesorar a los derviches de mayor edad o más avanzados, era un buen Jafiz del Corán y cuando el maestro no dirigía la oración lo hacía él, según la escuela Janafi de jurisprudencia, siempre debe haber alguien que responda a la oración como jafiz, y en este caso era él. El murshid Isa, era el que atendía personalmente al Shaij, pasarle algún objeto, o el plato para comer o servirle el té, se encargaba de instruir a los demás en la parte devocional, era el que acompañaba el dikr o remembranza. El murshid Israfil se encargaba de atender a las personas que se acercaban al grupo, casi nunca el Shaij atendía a personas fuera del grupo, salvo que alguna situación así lo ameritara.
En el grupo de las personas mayores estaban dos derviches, el mas anciano de todos era Zain un hindú de Guyurat, el había estado sirviendo en la derga de Aymir para los derviches de Kuaya Munudin Chisti casi desde los 11 años hasta los 16, el fue vendido por su familia por razones económicas a un mercader de joyas, quién después de un tiempo lo cedió a los derviches Chisti, debido a un sueño en el que un derviche qalandari le pedía al niño. Al no saber interpretar bien el sueño, lo más cercano que entendió a esto eran los Chisti. El Shaij Chisti de ese entonces pidió que se le tratara como un derviche en retiro o Chile pero sin iniciarlo. Años después el joven fue iniciado por el maestro de Rabbi Baba y así se convirtió en Qlandari. El otro no era menos interesante, se llamaba Ajmad Bey, su familia inmigró a China durante las expediciones del almirante Zheng Hu, su abuelo fue contador en tierra para la flota de Zheng Hu, al desaparecer la flota, su padre rehusó integrarse a la sociedad china obligando al la familia nuevamente emigrar a tierras de los Timuríes, en un momento durante el viaje la caravana fue asaltada por un grupo de Tartaros y Ajmad fue separado para siempre de su familia cuando apenas era un adolescente. Por fortuna había aprendido algo del noble oficio de sus ancestros y ayudó a administrar y enriquecer a su captor un jefe tártaro de Samarcanda. Mas por sobrevivir y por convicción de hacer las cosas bien que por hacer algo que le agradaba, sus habilidades fueron altamente apreciadas. Después de casi una década de contabilidad y administración le sirvieron para que su amo lo liberara y fue entonces que en la mezquita de Samarcanda conoció a un grupo de Qalandaris que por ahí pasaba y sin pensarlo se les unió. El último de los tres era Yusuf Kan de Lahore, al llegar a los 55 años de edad, como algunos de sus ancestros, una vez que completó todo lo que quería en la vida de este mundo, decidió servir a Dios hasta su muerte.
La pregunta obligada de Jaidar, era porqué hombres de más edad y de más experiencia que Rajim Baba eran sus discípulos y lo veían como maestro, sobretodo Zain Guyurati un derviche casi de nacimiento. Después de unos días Yibrail, le respondió muy amablemente, no sin antes advertirle que esas preguntas no son apropiadas para un derviche, que nadie es mas que nadie y que sin importar la edad o el estatus para un derviche todos los seres humanos son servidores de Allah. “Aunque todos somos iguales ante Allah no somos lo mismo, algunas personas nacen o poseen una Bendición o Baraka muy especial que determina la vida de las personas, algunos se volverán maestros y otros no, algunos serán ricos y otros no, algunos serán sultanes y otros esclavos, no importa la apariencia exterior, todos tenemos cuerpos semejantes, el mismo tamaño de cerebro, pero el corazón del hombre que es inconmensurable también es incomparable entre los individuos. El Shaij nació para ser maestro y los demás no su maestro así lo percibió y de ese modo son las cosas. Seguramente Zain sabe mas que todos los miembros del grupo juntos sobre el sufismo pero por alguna razón el no es el Shaij”, respondió Yibrail a Jaidar.
Del grupo de jóvenes, estaba Suleyman Bagdadi de 15 años de edad, de madre persa y padre árabe de Irak, después de que los otomanos tomaran Bagdad huyeron a Isfaján, donde desde pequeño se aprendió una gran cantidad de poemas sobretodo de Sanai, Jafiz, Attar y Rumi, su padre un musulmán Suni, al ver con preocupación que los Safavidas estaban convirtiendo a todos al Shismo de los doce, prefirió perder a su hijo con los Qalandari que con los shia. Originalmente había estado con el grupo de Hasan Baba antiguo compañero de andanzas de Rajim Baba, pero los maestros hicieron un intercambio en Lajore. El último era Jamid un muchacho malcriado que desesperaba a sus padres a tal grado que le pidieron que se fuera de la casa, al no encontrar otro apoyo tomó la decisión de seguir al grupo.
El objetivo del Qalandar como el de todo el sufismo es estremecer a la gente desde sus cimientos para que salga el verdadero yo, no solo es aprender unas cuantas actividades o aprenderse el Corán o las tradiciones de memoria, es aplicarlas a la vida diaria que en el Qalandar se ponen a prueba.
Los jueves por la noche se realizaba el zikr en conjunto esta actividad consistía en formar un círculo alrededor de una braza de incienso y repetir los nombres de Allah, hacer una breve letanía dirigida por el Murshid Isa y una dua o petición a nombre del Kuaya o Pir fundador de los Qalandari. Diariamente se hacían las cinco oraciones y el Shaij les pedía repetir como ejercicio en secreto y en silencio un nombre de los 99 Nombres mas bellos de Allah de la lista de Tirmidhi, a Jaidar le tocó el nombre del Todo Paciente ya Sabur, a Jamid desde luego le tocó el que es Todo Paz ya Salam y a Suleyman el Mas Grandioso ya Kabir. Esto era información que siempre los jóvenes saben entre ellos nadie de los jóvenes se hubiera atrevido a preguntarle a los mayores. Jaidar tuvo un sueño en el que se veía pintando una pared de rojo y después la derribaba una y otra vez la escena se repetía, al terminar de pintarla, la pared era derribada por él mismo. Cuando el Shaij escuchó el sueño, reprendió a los tres por revelar el secreto que se les había confiado. El castigo fue el siguiente, al llegar a Mashad, se les prohibió voltear, hablar o toparse con alguna persona, Adam era el encargado de envolverles el rostro con tela negra y llevarlos en fila tomados de la mano sin que pudieran ver nada. Al llegar ala mezquita del Imam Reza no se les permitió entrar y tuvieron que rezar fuera sin poder presentar sus respetos al venerable Imam.
Los qalandari son un grupo mendicante, se sientan fuera de los mercados y de las mezquitas para pedir azaque, en un cuenco de madera o de alguna clase de jícara llamado Kasgul o recipiente se las flores se pide, desde monedas hasta comida y lo que caiga en un día es lo que Dios deseaba para su devoto, así que el devoto debe consumir y compartir con sus hermanos o con otras personas lo recibido en ese día y mientras están en el poblado no acumular, hasta que su partida previamente programada se realice, con el dinero se compran las provisiones para el viaje.
Mashad es una población llena de peregrinos que están dispuestos a servir a Allah de todas las formas posible, una de ellas es atender a los derviches en sus necesidades, el castigo fue más que ejemplar, perderse la oportunidad de estar en esta ciudad, de toda su belleza y la calidez de la gente para con los derviches era demasiado sobretodo para los jóvenes que deseaban ver algo más que el paisaje agreste del centro de Asia.
La primera noche durmieron en la Mezquita del Imam Reza, el guardamezquita era conocido del Shaij y les permitió la estancia por una noche, al otro día partieron a las afueras de la ciudad para ir a la derga del Sha Neymatolah, el Shaij allí era Sunbul Baba un hombre de edad avanzada que recibió al grupo mejor que en casa, a los muchachos ni siquiera los volteó a ver el castigo con silencio era observado por todos y los que sabían lo respetaban estrictamente.
El ansia de los muchachos durante ese periodo de silencio provocaba en ellos disgusto, envidia y en cierta forma coraje, pero fue un periodo para recapacitar. Jamid deseaba romper el silencio cuanto antes, pero al correr los días entendió lo que había hecho antes y que su actitud ante la vida debía cambiar, esto lo condujo a una gran depresión. A Suleyman, por convicción le pareció un castigo necesario, aceptable y pensó en el como algo merecido, era tan estrico consigo mismo, que pidió mas tiempo de castigo que sus compañeros, a lo que el Shaij se negó. Jaidar por su parte sintió una soledad como pocas, el no estar con su familia era doloroso, pero el enfrentar la pérdida de sus primos le permitía convencerse más de seguir el camino tomado, sin embargo el no estaba invitado como los demás a formar parte del grupo, no tenía ninguna certeza de lo que le esperaba y si lo que le esperaba era realmente lo mejor.
La última noche en Mascad, Jaidar tuvo un sueño, era invitado a circular por debajo de la ciudad donde existía otra ciudad, un tanto en penumbras y humedad pero clara a la vista, a pesar de ser de noche la luz que reflejaban los objetos el lugar era totalmente claro. Se daba cuenta de que las demás personas de la superficie no eran concientes de que debajo había otra ciudad con calles y edificios, Jaidar pensaba ¿a caso no pueden ver lo que hay debajo? Al caminar llegaba hasta un carruaje conducido por dos personas uno era un hombre de barba muy poblada de ojos profundos, ese llevaba las riendas, mientras que el otro ayudaba a las personas a subirse al carruaje, este tenía una mirada que arrancaba el alma, profunda y al parecer podía leer la mente de los que veía. El carruaje seguía hasta transformarse en una lancha que flotaba en un inmenso mar, la lancha llegaba hasta un barco blanco gigantesco al que se subía, este sueño terminó con el llamado para el tajayud.
El voto de silencio impidió a Jaidar contar el sueño al maestro de inmediato, era tan extraño y extenso que el muchacho temía que se le olvidara antes de que se levantara el castigo. La marcha se reanudó a las 10 de la mañana y el castigo se levantó alrededor de las 11 a una hora de camino de la ciudad, los muchachos podían hablar y al ver a su alrededor el mismo paisaje agreste y monótono del centro de Asia, la ruta se percibía hacia el suroeste.
La rutina del grupo en el viaje permitía la conversación entre todos, los jóvenes y los viejos se comenzaban a llevar bien, toda esta parte de la caminata el murshid Yibrail se dedicó a llevar el rezo con el rosario, después del castigo la atmósfera se tornó un poco mas amigable, cuando pasas por una situación tensa en compañía de otros las relaciones se estrechan y permiten que abunde el dialogo y la confianza se afianza, el maestro seguramente había visto, como en todas las situaciones una competencia entre los jóvenes que podría afectar el funcionamiento del grupo, solamente estaba esperando alguna falta disciplinaria para aplicar un fuerte castigo que obligara al grupo a unirse mas.
La siguiente ciudad que visitaron era Nishapur, Jaidar conocía bien la ciudad ya que al regreso de la Isfahan durmieron ahí. Le habían dicho en esa ocasión, que era la ciudad de Farid Udin Ibn al Attar. Jaidar conocía a Attar de la escuela como un poeta, pero en esta ciudad iba a descubrir que tan cerca estaba de él. La primera vez que pasó por Nishapur era un lugar bueno para descansar, hoy lo transformaría hasta el fondo.
Como era costumbre al hacer una pausa en la ciudad las devociones cesaban y entonces el murshid los podía atender. Yibrail comenzó con un discurso que para muchos era innecesario, pero para los jóvenes significaría muchísimo, “esta ciudad ha dado a grandes maestros del Islam y del tasawuf, maestros de las letras que nos han entregado su realización en una multitud de enseñanzas, por ejemplo, el Shaij Omar Jayam, el Shaij Farid udin Ibn al Attar”, antes de proseguir con mas nombres, Suleyman interrumpió y “Jayi Bektash”, con el rostro enrojecido Yibrail dijo, “espera que termine y no interrumpas con cosas que desconoces”. El Shaij entonces intervino, “antes de mencionar otros nombres, les tengo que informar a los neófitos algo”.
“Nuestro maestro el Pir Yusuf Qalandari el Andalusi”, al fondo se escucha un profundo Ju, “también conocido en India como Lal Sha Baz Qalandar, recorrió el mundo Islámico desde Andalucía hasta los confines de China para buscar la Baraka y el conocimiento, visitó a los mas grandes maestros de su época, como era muy inteligente y tenía una gran visión espiritual fue expulsado por varios, aquellos que lo expulsaron malos maestros que no supieron entenderlo, el fue quien diseñó la regla de todos los Qalandari del mundo, gracias a la Baraka que nos ha transmitido es que somos siervos de Allah”, dijo el Shaij. “Sin embargo uno de los votos de los Qalandari es el de repudiar a todos los derviches de Jayi Bektash, este hombre expulsó de la orden a nuestro bien amado Pir, también un Chelebi descendiente de Yalal udin Rumi lo expulsó de la orden, por eso el segundo voto es repudiar a todos sus derviches,” agregó el Shaij, “mucho cuidado con los nombres, la forma de decirlos es muy importante”.
El Shaij Rajim continuó con la instrucción, “el casgul que cargamos no solo es nuestro plato de comida del que depende nuestra subsistencia, sino que también representa la vastedad y la fuente del conocimiento de Allah en la tierra, lo llenamos y lo vaciamos, como se llena y se vacía el corazón humano, lo cuidamos porque de el obtenemos el alimento, recordándonos que es también el alimento del espíritu, recogemos la limosna en el para nunca olvidar la misericordia de Allah para sus devotos a través de la generosidad de la humanidad, por eso aunque no cargamos nada de valor somos generosos al ofrecer nuestra paciencia y nuestras oraciones a los demás, no podemos negarle nada de lo que poseemos a nadie y lo que poseemos es fe, amor y conocimiento”.
“Dos historias que recuerdo unen a los maestros en el tiempo, estando Hazreti Pir Qalandar en Sehwan, personas del pueblo fueron a verlo y a pedirle que les ayudara a deshacerse de un Amir corrupto, entonces el Pir pidió la ayuda de Allah y por inspiración volteó su casgul de cabeza y el castillo del líder corrupto también se volteó de cabeza, quedando arruinado por siempre, la segunda ocurrió aquí en Nishapur, los mongoles habían invadido la ciudad y comenzaron una masacre, el pueblo llegó con Attar y pidió su ayuda, como en la historia anterior al voltear Attar el casgul, los mongoles quedaron ciegos y la matanza se detuvo, Gengis Kan furioso al día siguiente ordenó que la matanza prosiguiera, sin embargo nuevamente Attar volteó su casgul y ocurrió lo mismo, el tercer día cuando Attar iba a hacer lo mismo una voz le dijo ¿Por qué intervienes con la voluntad de Allah?, entonces la matanza prosiguió hasta que Attar fue capturado. Un soldado lo amarró de pies y manos y lo puso a venderlo, sus derviches juntaron 5000 dinares y lo ofrecieron al soldado, Attar le dijo no te conformes con eso valgo mas y ellos lo saben, entonces el soldado pidió mas y los derviches fueron a conseguir mas, la misma voz le dijo a Attar, ¿por que crees que vales tanto? Entonces una anciana ofreció un racimo de paja y Attar le dijo al soldado, tómalo no van a ofrecer mas, entonces el soldado cortó la cabeza del maestro, se dice que su Shaij llego al lugar donde estaba y le dijo Attar los maestros no mueren así, se levantó y recogió su cabeza y con ella en la mano terminó el Memorial de los Santos, cuando terminó murió”, contó el Shaij Rajim. “Ambas historias son para ejemplificar el poder que hay en el casgul, aunque es un cuenco de madera, el poder es el que le da el derviche con su devoción y su sumisión”, recalcó el Shaij.
“Nuestro Pir lleva el nombre de Lal el rojo, que es el color del oro cuando pinta el vidrio soplado, el destello del conocimiento, mientras Sha Baz el Sha de los halcones, es el ave que caza otras aves, el ave de los reyes, sentado al lado de los monarcas, esa es la imagen de aquel que está sentado en la asamblea de los santos, al lado de Ali y del Bienamado de Allah, ese es el Halcón Rojo”, esto lo dijo Yibrail y agregó “como en la asamblea de Attar los amantes de Allah, juntos hacia el trono, los pájaros, aún el mas arrogante de todos el halcón se inclina ante Allah, pero tiene preeminencia en el mundo entre los maestros”.
El primer día en Nishapur la gente se arremolinó con los derviches, peticiones de toda la gente, regalos, fruta y toda clase de bocadillos saturaron los casgules, fue tan grande la respuesta de la gente que el grupo formó un círculo y en medio se pusieron todas las limosnas y el Shaij ofreció un dua o petición comunitaria por todos los solicitantes, después de un par de horas, llegó la oración del mediodía y al final el Shaij otorgó el día libre. Todos querían ir a buscar las tumbas de Omar Jayam y de Attar, en el camino los tres jóvenes se toparon con las tiendas de azulejo y cerámica, famosa es la cerámica de Nishapur en el mundo, sus azulejos cubren gran cantidad de mezquitas y palacios en el mundo, maestros como Salami, el encargado de escribir un lenguaje formal y académico para el sufismo. Tanto Mashad y Nishapur son las capitales que unen a múltiples razas, los turcos, los gaznavies y se encuentran en el mundo persa, uniendo sin fronteras a estas razas que claman ser originarios del Jorasán de las cuales son sus principales ciudades. Mítico lugar de refugio de los Hititas exiliados y cuna del centro de Asia. Desde aquí se corrigieron las medidas del tiempo, los calendarios del mundo fueron reinterpretados por los astrónomos de Nishapur, desde los zoroastrianos, hasta los musulmanes.
La ciencia del mundo moderno, convive con el misticismo de todos los tiempos, los monjes nestorianos, fundaron esta ciudad para alabar al Dios Único, en los alrededores restos de antiguos templos zoroastrianos, hoy cuna de los mas grandes maestros y místicos del Islam, amalgama de arte, religión, ciencia y cultura, donde se dice que sus grandes Velis o santos dejan sentir su presencia aún muertos, como Jaidar se iba a dar cuenta.
En aquel maremagno de belleza, impresionantes piezas de cerámica que te rodean en unos cuantos metros, se te olvida el mundo para admirar estas piezas que captan tu atención y no permiten que te fijes en nada mas. Jaidar en una tienda de la que no fue consciente, ni que su dueño estaba junto a lo que le llamó la atención. Una vasija con fondo blanco, letras azules con filos dorados, No hay mas Dios que Allah y Muhammad es su Profeta, abajo Bismilahi Rahmani Rajim y en el centro ya Jazreti Maulana, oh exaltado Maestro, parecieran esos momentos eternos en los que nos perdemos, no escuchamos nada y parece que estamos en un sueño concentrados en algo o en nada, el dueño le dijo, “muchacho demasiado éxtasis te puede convertir en un maestro, contrólate un poco, mas ya que deseas ser un derviche”. Jaidar se asemejaba a alguien acabado de levantarse, “perdón, digo asalamu aleykum sayid”, dijo Jaidar, “aleykum a salam” dijo el dueño, “parece que te gustó mi vasija, aclaro, que no está a la venta, aunque me lo ibas a preguntar me adelanto a decirte, la fabrique como un homenaje al maestro Maulana Yalal Udin Rumi”, agregó el dueño, “¿Rumi?, Rumi, a sí en la escuela recuerdo haberme aprendido muchos poemas de él”, dijo Jaidar, “ah sí, ¿de donde eres?”, replicó el dueño, “mi familia es de Gazna pero vivimos en Herat”, amablemente contestó Jaidar, “ a ver, recítame uno”, pidió el dueño, y Jaidar sin saber por que y sin mayor preámbulo, comenzó con las primeras estrofas del poema del masnavi Moisés y el Pastor, un clásico de la poesía de Gazna y del Islam, el dueño anonadado y deleitado, le dijo al finalizar, “tienes grandes habilidades, esa forma de recitar es solamente de un derviche enamorado, ¿de que orden eres miembro?”, “de ninguna me traen los derviches qalandari de Rajim Baba a buscar mi sueño”, respondió Jaidar, el dueño le dijo “veo un gran futuro como derviche en ti y veo que también llevarás a cabo tu sueño con voluntad y determinación”, en eso aparecieron Suleyman y Jamid, “asalamu aleykum sayid”, saludaron al unísono al dueño, “aleykum asalam, en compañía de tres derviches, debo presentarme soy, Anas y estuve un tiempo con la orden Naqshbandi pero ahora me encuentro atendiendo el negocio familiar”, respondió el señor Anas. Después de presentarse los tres, Jamid le preguntó, “¿es usted derviche?” “Inshallah, que Dios así lo quisiera”, respondió Anas, “¿Cómo no está ordenado?” insistió Jamid, “te contesto con otra pregunta, eres musulmán sin embargo ¿cumples a la perfección todo lo que dicta el Islam?”, los muchachos quedaron en silencio y dijeron “tiene razón”, agregó Jamid “si uno no es un perfecto creyente ¿Cómo osa cualquiera llamarse musulmán?” “No soy un derviche perfecto, pero lo intento, recuerdo una historia de Attar, un peregrino que va a la Meca encuentra una hormiga y le pregunta ¿A dónde vas?, voy de peregrinaje, ¿pero no es un camino muy largo para ti?, morirás en el intento, la hormiga responde aunque muera estoy en el camino correcto y en el peregrinaje, es todo lo que importa,” respondió Anas.
Anas continuó, “la vasija la tengo ahí para recordar un hecho en el que intervinieron dos de los mas grandes maestros de la humanidad, cuenta la historia que a unos cuantos pasos de aquí, estaba el poeta Attar parado con otras personas, en eso llegó la familia de Pir Muhammad Rumi, su padre Sultan Veled, venía a visitar al maestro Attar, su hijo Muhammad tenía apenas siete años, charlaron como los maestros saben y después de un tiempo se despidieron, entonces Veled se encaminó precediendo al pequeño Muhammad, fue entonces cuando dijo la célebre frase, que curioso ahí va el río seguido por el océano, quería decir que el niño iba a superar al padre como maestro, y de hecho así fue. Ahora que les he dicho esto, espero que tengan suerte en encontrar la tumba de Attar”. Con estas palabras un par de monedas para cada uno y un “Judá Jafiz”, que Dios los cuide se despidió Anas, dejando un gran sabor de boca y un espíritu renovado en los muchachos.
Permanecieron tres dos días mas en Nishapur, no encontraron ni un mausoleo ni nada que pudiera parecerse a la tumba de estos grandes personajes, solamente unos modestos sepulcros que la gente decía que eran los originales, Jaidar sin embargo quedó mas impresionado con la vasija que con los sepulcros. La última noche Jaidar pudo contar su sueño al Shaij Rajim Ibrahim.
La interpretación que el Shaij dio dice así, “las personas que conducen el carruaje, son el conductor el Profeta Mujammad la paz y las bendiciones de Allah sean sobre él, el ayudante es Jazreti Ali que Allah se complazca con el, ambos te llevan hacia un camino, del que no puedes salir, es el camino de la santidad el de los amigos de Allah, por eso comienza en un camino subterráneo del que pocos están concientes, el mar es el séptimo cielo y la lancha te conduce al trono de Allah representado por el barco, al que todavía llegan menos”.
La caminata seguiría a un lado del desierto Dashte Kabir, con rumbo hacia el río Atrek, un centenar de kilómetros en las montañas, días de marcha y el paso por varios pueblos, en los que la rutina era siempre la misma, solo para cargar provisiones dormir y volver a partir, todo ese tiempo, cada quien en su mundo, los mayores sufriendo por la familia que dejaron, los murshids soportando la presión del clima y del Shaij, los jóvenes recapacitando si habían tomado la decisión correcta, el casarse, los hijos, el negocio, la familia, Jaidar pensaba en todo esto pero con nostalgia recordaba ese estandarte, por alguna razón pensaba que su vida era un fracaso por no haber obtenido el estandarte, su única encomienda importante en el microcosmos de su vida había, había fallado y sus hermanos muertos en vano.
Sin darse cuenta el río Atrek los acompañaba, ¿Cuánto tiempo llevaba ese río caminando a su lado? Los jóvenes y el viejo aspirante se desempeñaban en tareas de atención personal al Shaij, lavaban su ropa, y se la tenían lista en todo momento, libros y notas que pudiera necesitar siempre prestas, a veces encaminaban a la gente para hablar con los murshids o con el mismo Shaij, Yusuf Kan había puesto todo su empeño, pero no tenía ningún sueño que contarle al Shaij y eso lo desesperaba, sin embargo no iba a ser fácil que el camino o la falta de sueños lo derrotaran. Suleyman era otro, su rostro había cambiado notablemente, se veía un brillo en los ojos y una sonrisa radiante en la que se podía ver un destello de fe.
La noche antes de llegar a Abdullabad, Suleyman tuvo un sueño en una casa de madera enorme caminaba y en el piso estaba un tasbij o rosario, al examinarlo el rosario era el de Yusuf Kan, entonces lo primero que pensaba era devolverlo de inmediato a su dueño ya que el no traer el rosario sería como dejar de ser derviche, buscó por varios cuartos de la casa hasta llegar a una gran sala, en ella se encontraba sentado en una piel un hombre fumando, con un casgul en el piso y un cuchillo junto al casgul, al acercarse el hombre le indico que lo hiciera de forma pausada y que contara los pasos, al acercarse le pidió que se arrodillara, al hacerlo, Suleyman interrumpió diciendo “este tasbij es de mi compañero Yusuf”, a lo que el hombre respondió ya sé pero no solo es Yusuf ahora también es Baz y como siempre la llamada a la oración del amanecer interrumpió el sueño.
La actividad normal del pueblo, algunas lanchas pequeñas y el ruido de los pájaros sirvió de marco para el sueño de Suleyman, el Shaij estaba mas que complacido, se detuvo y le ordenó al grupo descargar de inmediato, sus cosas se las dio a Jaidar, es increíble los jóvenes pensaban que la valija del Shaij era la mas ligera de todas, que sorpresa era la mas pesada. Al acomodarse en círculo Yibrail fue el primero en acercarse al Shaij para preguntar que necesitaba en ese momento. En silencio dio indicaciones a los murshids que se apuraron a juntar varios objetos, la piel del Shaij, armaron rápidamente un turbante o tay verde, vistieron al Shaij con una túnica hermosa verde con vivos dorados y rojos, pidió a Yusuf y a Suleyman se dieran un baño en el río y mientras eso sucedía le contó al resto del grupo el sueño y calmadamente pero feliz explicó
“Un maestro no es el que lo sabe todo, ni el que tiene un conocimiento sobresaliente, el maestro actúa por inspiración y cuando se presentas las cosas las enfrenta y las resuelve, no conoce el futuro, pero conoce a su comunidad, Yusuf no había soñado nada desde que salió de la India pero su hermano menor Suleyman soñó por ambos, eso es lo que es una comunidad, todos deben ayudarse mutuamente, somos un solo cuerpo y una sola alma, Allah favorece a todos a través del grupo, por fortuna no estamos solos
Al regresar Yusuf y Suleyman, el sueño fue contado una vez mas por el Shaij y lo interpretó como sigue la casa es una ironía que indica que la casa de un qalandar es la calle y el campo, en el centro de la casa estaba el Pir Yusuf, que invitaba a Suleyman a la orden y por medio del rosario invitaba a Yusuf a quién además le daba un nuevo nombre. En el Islam la acumulación de nombres era la acumulación de sus logros, la señal era muy clara el Pir deseaba que Yusuf compartiera otro de sus nombres el Halcón. Yusuf había quebrado en llanto mientras abrazaba a Suleyman, la ceremonia de iniciación fue breve, Ajmad Bey y Zain Baba tomaron el brazo izquierdo de Yusuf y derecho de Suleyman y se encaminaron hacia el trono del maestro rodeado de sus cuatro murshids, ahora Yusuf era Yusuf Baz y Suleyman era Suleyman Abdullah como la ciudad cercana, eran derviches de Yusuf Qalandari Al andalusi, o Lal Sha Baz.
El grupo caminó hasta Quchan, un camino lleno de gente que tenía peticiones, que siempre estuvo dispuesta a otorgar hospitalidad y cientos de sonrisas al grupo, todo indicaba que unas vacaciones interminables en un verano particularmente largo.
Una noche Azraill Murshid, soñó que se despertaba al amanecer sobre el piso de una vasta llanura, completamente solo caminaba hasta un pequeño árbol del que pendía una espada, el quedaba abajo literalmente de la punta y una voz le decía, “debes entregar todo lo que eres”.
Al escuchar el sueño el Shaij muy preocupado se paseaba la mano derecha por la barba sin poder dar una respuesta clara. Este evento se repitió nuevamente, Yibrail soñó al día siguiente con un rebaño, el los llevaba a un lago a abrevar sin embargo al llegar morían por montones.
El tercer sueño, por Israfil no fue menos enigmático, hordas de jinetes lo rodeaban y entraban y salían del rodeo mientras los jinetes golpeaban el piso con sus lanzas. El cuarto dejó verdaderamente consternado al Shaij, Mikal sostenía en la mano derecha una cuerda de oro y en la izquierda una soga a la que estaba amarrada una niña, tenía que escoger entre el oro y la niña para no caer a un precipicio, pero si soltaba el oro significaría una desgracia para toda una ciudad, entonces la niña o la ciudad.
Los cuatro sueños demostraban algo del carácter de cada individuo, sin embargo la respuesta no estaba a la vista todavía. ·&&&&&
El camino siguió hasta Boynurd sin contratiempos, la misma amabilidad de la gente quedó opacada por el rumor de que unos salteadores de caminos Tártaros estaban cerca y todas las caravanas y pastores corrían peligro, el grupo no encontró asilo dentro de la ciudad así que durmió en la mezquita con la condición que debían abandonarla al finalizar la oración del amanecer, sin mucho que hacer en una ciudad temerosa, siguieron su camino.$
Llegaron hasta donde descansaba una pequeña caravana comercial y un grupo de pastores que coincidieron en la sombra de un paraje arbolado. Jaidar con suficiente experiencia en el campo y con los caballos, habló en voz alta, “se acercan jinetes a toda marcha por dos direcciones”, el Shaij dijo reúnanse y estén preparados, con las manos libres, en un instante los cuatro sueños tomaron forma, se encontraban rodeados por una veintena de tártaros, unos sable en mano y otros con arco apuntando, Azrail quién no había soltado la carga y era el mas alejado del grupo, volteó hacia arriba y vio la punta del sable sobre sí. Rodeados los hombres de la caravana tomaron sus cuchillos de faena, los pastores tenían algo en la mano y los derviches esperando lo peor, el Shaij rezando interiormente parecía contener el miedo y con mirada firme encaró al que parecía el líder de los ladrones. “Tú, ¿porque me ves así? Preguntó el tártaro, “ ¿a caso no vez que los podemos matar?, debes temernos”, a lo que respondió el Shaij, “no podemos temerte más de lo que tememos a Allah, nuestra vida ha sido entregada a él y si tomas alguna le estarías robando a Él, por eso debes temernos a nosotros.” Por una casualidad, el Shaij estaba parado en el centro del paraje rodeado por sus cuatro Murshids, quienes formaban una cruz perfecta, los cuatro de alguna forma estaban amenazados, los nuevos derviches, Suleyman y Yusuf se encontraban el primero a la derecha y el segundo a la izquierda, los siete formaban una imagen del día del Juicio, mientras Jaidar y los demás se encontraban cerca de los pastores. El tártaro dijo entonces, “si es que estás tan seguro ¿porqué cargan armas?” El Shaij respondió, “también debemos proteger estas vidas que Allah nos ha entregado y no las vamos a dejar ir tan fácilmente sin una buena razón.” Los jinetes cerraron mas el círculo, en cualquier momento el baño de sangre comenzaría, entonces Azrail dijo, “aquí tienen todo”, soltó la carga que llevaba en las manos y agregó “todo es todo” y bajó la cabeza en señal de sacrificio, Mikal que estaba cerca del tártaro, tomo la crin del corcel y dijo “que seamos dos, Yibril extendió los brazos con el casgul en la mano derecha dijo, “que es la vida sino para darla en algo útil”, finalmente Israfil agregó, “somos gente que ha renunciado a la vida personal por estar al lado de un maestro, daremos la vida por el maestro, mis tres hermanos darán su vida hoy en sacrificio, pero tengan por seguro que para tomar la mía y la de mi maestro les costará la suya”.
El silencio se apoderó del campamento, la imagen del trono de Allah, los cuatro ángeles rodeando el trono, el maestro y sus dos asistentes, evocaban temor y una sensación extraña, cuatro tártaros tomaron algunos borregos y se los llevaron, el jefe y todos titubearon simplemente se fueron mientras el jefe se despedía con una reverencia del Shaij. Si alguien está dispuesto a morir por ti, no lo abandones guíalo y concédele la Baraqa que Allah te ha conferido, ya que si alguien muere por ti, muere por Él y si muere por Él es una Baraqa en sí su existencia.
Después del episodio con los tártaros el camino se tornó silencioso, a lado de los comerciantes por algunos días llegaron hasta Dashtak, ahí se separaron, la intención era llegar al Caspio rodeando los montes Alburz y el río Atek era una buena ruta.
Al llegar a Govandar el Shaij hizo una reflexión sobre lo que había pasado y con lágrimas en los ojos nombró a sus cuatro Murshids Califas de Pir Qalandar, habían demostrado el temple y la valentía de un verdadero derviche y que estaban a la altura de los mejores maestros, algún día los cuatro formarían sus propios grupos, al finalizar este viaje debían regresar a la tumba del Pir y ser presentados con el Gran Shaij Qalandar Juaya Abdu Samad. Entonces el Shaij recordó una cita del libro Faiuz a Yazdani del Pir Abdul Qadir Yilani, “una vez que el ego es derrotado, la paz y la claridad sobrevienen, -solamente Dios y no la criatura viviente tiene el control del destino-. Con esta convicción deja todas tus preocupaciones al Señor y sigue el camino de la Verdad, conformandote con todos Sus decretos, hasta que te vuelvas Uno con Él y seas tan noble y puro como Adan, al que todas las criaturas se postraron.”
Jaidar tenía una inquietud que quería comentarle al Shaij, después de tantas venturas y desventuras, el muchacho se sentía más cerca al Shaij y con más confianza, así que el protocolo grupal se estaba relajando bastante. En Heratl Sindi Baba le comentó sobre la verdadera Unidad, la unidad con el trascendente, todo esto después de escuchar las palabras de Pir Abdul Qadir, la pregunta era, “¿a caso no es un solo Dios y lo que buscamos es la Unidad?, entonces, ¿Cómo existe una Unidad Trascendente y alguna otra?” El Shaij le respondió a Jaidar, “solamente te puedo explicar brevemente, los seres humanos imaginamos y tenemos ideas sobre lo que es intangible o lo no visto o sea el Gaib, nuestra razón limitada únicamente nos permite darnos cuenta de lo que nos rodea, los libros que leemos y las experiencias que tenemos, el intelecto limitado del hombre las clasifica según nuestro entendimiento, en el caso del Gaib no tenemos ninguna idea preconcebida ya que no lo vemos ni lo tocamos o lo escuchamos. Entonces, ¿a quien o a donde rezamos? Rezamos a lo que somos concientes a lo que llamamos personalmente Allah es lo que creemos, nosotros lo llamamos, lo limitamos lo invocamos y lo describimos según nosotros, pero Él es trascendente mas allá de toda concepción y de toda criatura, es decir no lo conoces por que los medios naturales te lo impiden, tu invocación y la de todas las personas que no han trascendido las formas naturales es imperfecta, por eso tu unidad en este momento es imperfecta, todavía no es trascendente”.
“Según veo no tenemos ninguna oportunidad, maestro,” dijo Jaidar, “si hay y muchas, exactamente no sabemos como operan las cosas pero Allah siempre nos muestra sus caminos y sus deseos, fuiste testigo de los sueños y las experiencias en el camino, no los tendríamos si fuéramos ajenos a Él. Todos compartimos una parte de la esencia de Allah, es decir todos somos musulmanes aún antes de nacer pero no nos damos cuenta, si no tuviéramos esa esencia seríamos como los animales o peor como los vegetales o las piedras, la inteligencia, la sabiduría, la misericordia y sobre todo el amor serían algo ajeno y lejano a nosotros no los comprenderíamos, eso nos hace humanos y nos une con Él, nuestro trabajo es encontrar esa trascendencia como lo hicieron los Profetas a través de la experiencia. Lo que tu has visto y sentido y soñado en este viaje es la esencia, que funciona en ti, tu fuiste conciente gracias a una experiencia traumática en una guerra, desgraciadamente otras personas nunca serán concientes de ello. Por eso tenemos cientos de seguidores personas que no pueden solas pero ven en nosotros esa luz que todavía no los ha despertado”.
Al finalizar la estación como estaba planeado por el Shaij llegaron a Gorgan cerca del Caspio, los jóvenes con más preguntas que respuestas, los viejos con más respuestas y los murshids con más preocupaciones y con un sentimiento de responsabilidad aún mayor.
Gorgan, una ciudad con historia, aquí comenzó el primer imperio Persa, de aquí era el maestro de Avicena y un Santo muy respetado, maestro de dos grandes fundadores o Pirs del sufismo, de Jayi Bektash y de Bajaudín Naqshbandi, su nombre Abul Qasim Gorgani. Ciudad amurallada con la segunda muralla más grande del mundo después de la China, los mejores tapetes en el estilo Bujara y en el Yayim
A pesar de esto la ciudad estaba alegre pero tensa, militares, jinetes Qizilbash y un alboroto generalizado, la razón el embajador del Imperio Otomano estaba en la ciudad, en una visita oficial, meses después de aquella sangrienta batalla en la que Jaidar participó, al fin los dos estados se reunían para algo distinto que pelear. La seguridad era exagerada, la ciudad rodeada por militares vigilantes armados a lo largo de toda la muralla, el grupo cruzó la muralla de milagro, unos derviches que buscan el cobijo de una ciudad son inofensivos.
La verdad es que en circunstancias como las actuales el deambular por calles llenas de soldados y puestos de vigilancia no era muy cómodo para el grupo, pero el decreto de Allah para sus devotos es inmensamente benéfico. Sin proponérselo el grupo caminó hasta una enorme casa, que era usada como casa de gobierno desde la invasión de los mongoles, Ajmad Bey recordó haber venido en alguna ocasión enviado por el gobierno chino para promover tratos comerciales, la ciudad era diferente que la que encontró hace años, cuando Ajmed comenzaba a describir el interior del lugar cuando salió una nutrida comitiva encabezada por el embajador otomano Mejmet Pasha y el visir safavi Arshad Pasha, ambos hombres salieron acompañados de secretarios, valets y guardias otomanos y quizilbashis, verdaderamente una comitiva elegante, Jaidar que se encontraba delante del grupo admirando la casa y escuchando a Ajmed Bey cruzó miradas con Arshad Pasha y se inclinó en forma derviche para saludar al Pasha mientras él le devolvía el saludo levantando suavemente la mano derecha.
Esa noche durmieron en las afueras de la mezquita central o lo que habían dejado los mongoles, junto con decenas de soldados que acampaban ahí, al amanecer unos soldados de alto rango se acercaron a hablar con el Shaij, nadie supo de que el caso es que al finalizar la oración se encontraban dentro de la casa desayunando con los oficiales. Al terminar el desayuno los el mismo Arshad Pasha saludó a Jaidar y posteriormente al Shaij, les dio la bienvenida a nombre del Sha a Gorgan y les invitó al grupo a quedarse el tiempo que desearan en la ciudad, el Shaij explicó que debían partir en unos días hacia Ray para llegar a Ardabil, entonces Arshad invitó al grupo a navegar el Caspio en las embarcaciones imperiales que precisamente se dirigían hacia Ardabil.
Esas decisiones que son en fracciones de segundo, un verdadero maestro debe tomarlas e inshallah sean las mejores. En una fracción de segundo el Shaij pensó lo siguiente, “los hombres mayores estaban exhaustos, todo el verano caminando por la estepa de Jurasan, un asalto violento y el sueño de Jaidar que habla de un barco, no hay mas opciones si el destino es el que te has fijado, aceptó.
Aunque la costumbre de los qalandari es no tomar la ayuda de nadie más que de Allah, alguien podría interpretar que las circunstancias son así porque Allah quiere que sean y en ese caso sería desobedecerle por no aceptar ayuda para terminar la travesía aún muy larga.
Al día siguiente el barco aguardaba por todos, era una flota que nadie del grupo imaginó ver jamás, un fastuoso barco blanco lujoso con las banderas del imperio Otomano y del Safavida, el barco del Sha, rodeado de barcos escolta de la marina del imperio, luciendo piezas de artillería con los marinos en cubierta portando los uniformes de gala. Varias lanchas acercaron al contingente al barco. Un par de horas mas tarde la travesía comenzó, que ironía Jaidar ocupaba el mismo barco que sus enemigos de hacía un año, soldados otomanos. Después de unas horas el ambiente se tornó festivo, esa era la clase de ambiente que el Sha deseaba, cientos de dulces, caviar y demás bocadillos, jalava, sohan y frutas, cientos de litros de los mejores tes, el Assam de la India, el Darjeeling de China el rojo de Ceylan, y desde luego la variedad de Gorgan, un poco mas fuerte que el te Rize de Turquía.
Todos en el barco comentaban con alguien algo, soldados con ministros, derviches con marinos y personas de la nobleza. Era viernes y al aproximarse el mediodía, la oración del Yuma debía realizarse, esto podría acarrear tensiones ya que con la comitiva Otomana venían algunos Imanes y Jafices que se sentirían incómodos de no participar como ejecutantes o simplemente de participar en una ceremonia Shia, por otro lado el barco pertenece a un gobierno Shia, la habilidad diplomática de Arshad Pasha y sus intenciones de abordar a los derviches fueron evidentes en este momento. Para evitar incomodar a las partes negociadoras en el aspecto religioso, Arshad dijo, “tengo el gusto de invitar al ilustre Shaij, Muhammad Rajim Qalandari, a ofrecer el rezo del Yuma”, perfecto, una persona neutral no levantaría resquemores. Todos accedieron gustosos, aunque Rajim Baba era sunni, la neutralidad fue lo más importante en esta situación. En unos minutos Rajim preparó el sermón, el llamado se hizo a la forma sunni por parte de Jaidar a petición de Arshad, se enfiló la flota con dirección a la Meca por unos minutos y la ceremonia comenzó, no cabe duda de que Rajim era un gran orador y sin duda se dio cuenta de todo el movimiento que ocurría. Desde luego comenzó con la invocación de Atestiguo que no hay mas Dios que Allah y que Muhammad es su profeta, luego presentó sus respetos al Profeta Muhammad, con un salawat o elegía, la paz y las bendiciones de Allah sean sobre nuestro Bendito Mensajero Muhammad así como sobre sus familiares y compañeros, luego presentó sus respetos al Imam Ali, para comenzar con la sentencia del Profeta, el musulmán es el ojo del musulmán. El discurso comenzó así, “Allah ha creado un mundo múltiple cientos de criaturas y seres humanos, en nuestro limitado afán de entenderlo hemos creado una dualidad para asimilarlo mejor, noche y día, arriba y abajo, buenos y malos, cielo e infierno, son conceptos que nos facilitan la percepción del mundo, sin embargo nuestro Bienamado Mensajero, nunca pensó en una o varias comunidades solamente pensó en amantes de Allah, devotos puros que se sometieran a un solo mandato de obediencia a Allah, es nuestro deber como seres concientes y preparados vernos como amantes del mismo Dios y compartir todo en armonía y aceptación, ya que la aceptación es el espíritu del Islam, la tolerancia hizo que la comunidad creciera y se formara de cientos de razas y pueblos que convergieran como un corazón como en los días de la peregrinación. Todos los seres humanos compartimos la esencia divina y ninguno es mejor que otro a los ojos de Allah, como dijo nuestro mensajero, musulmanes no peleen entre ustede, en cambio rivalicen en obras buenas y eso es o agradable para Allah”, y se despidió con una dua o petición por la unidad de la comunidad de Muhammad.
Al finalizar la oración todo el mundo quedó complacido y el Shaij fue reconocido como un gran maestro entre los asistentes, los Imanes de ambos bandos lo felicitaron y el sermón se prestó para posteriores reflexiones.
El lunes comenzó un movimiento inusual a lo acontecido los días previos, el ambiente festivo se solemnizó y todas las personas que no eran diplomáticas se les hizo abandonar el barco y se les trasladó a las embarcaciones escolta. El grupo fue embarcado en un velero artillado junto con algunos de los sirvientes de la cocina, era claro que las negociaciones entre los gobiernos iban a comenzar, después de desalojar el barco imperial la travesía continuó, era un evento secreto del que todos los que estaban alrededor eran participantes, Jaidar así como varios de los soldados presentes tenían un protagonismo especial, participaron en la batalla que promovió el evento que presenciaban, el resultado afectaría emocionalmente a muchos y a ambas naciones.
Después de un par de días, el Shaij y Jaidar fueron llamados al barco del Sha, ahí fue la despedida, Rajim agradeció la hospitalidad y ambos embajadores agradecieron las oraciones y el sermón del viernes ya que los resultados habían sido favorables para ambas naciones, Arshad Pasha, abrazó a Jaidar y le dijo que siempre encontraría las puertas abiertas en el Imperio Safavida y que lo considerara como su hogar y su patria y que el Sha a veces se acordaba de el.
Al llegar al puerto de Bandar Anzali los derviches se volvieron a encaminar con dirección norte hacia Ardabil. Este lugar es una provincia del imperio Safavida cuya ciudad capital Ardabil fue la capital del imperio, esta parte es la cuna del imperio. El Sha Ismael I cambió la capital a Esfaján para evitar que cayera en manos otomanas casi 50 años antes, su cultura, lenguaje y costumbres son turcas, a partir de aquí el problema del lenguaje puede recrudecerse, no todos hablan farsi.
Después de unos días de camino al anochecer se podía percibir un poblado cercano, pero no se sabía si era la ciudad de Ardabil o alguna otra, durante todo el viaje el Shaij había demostrado ser un conocedor de todo el centro de Asia, aunque Allah te conduce no hay que confiarse.
Después de la oración de la noche cayeron rendidos y durmieron profundamente a pesar del frío que se percibió esa noche. Cuando Jaidar despertó era inusualmente tarde, el sol estaba brillando y se percató de no haber realizado las oraciones, pero lo peor algo aun mas inesperado, no había nadie, ninguno de los derviches estaba con el volteó a todas las direcciones y solamente había un paraje solitario, brincó y corrió de un lado para el otro, lo único que encontró fue un casgul con treinta dinares, un recipiente con agua y nada ni nadie más. No había que ser un sabio para saber que el grupo lo había abandonado, los treinta dinares le indicaron que el viaje había terminado, el qalandar cumplió con traerlo hasta Ardabil y nada más. Sentirse abandonado es lo peor, pero Jaidar no sentía eso, sentía que podía valerse por sí mismo y que dondequiera que estuviera Allah siempre vería por el.
Con su habilidad como explorador pudo seguir las señales que le llevarían al pueblo del que se percató la noche anterior, caminando o casi corriendo llegó hasta sembradío de trigo luego unos niños se podían ver a lo lejos, al tratar de correr hacia ellos sin pensar en otra cosa, de pronto se detuvo y se regresó a su derecha se encontraba un campo de rosas, fresco por el rocío caminó hacia el, y conforme caminaba se escuchaban las abubillas y los jilgueros cantando, mientras caminaba se dejaba ver al fondo una casa blanca con un pequeño minarete como decoración, finalmente meses de qalandar tenían sentido, el largo camino de los derviches pasaba junto al lugar dos veces soñado por Jaidar, entendió que las acciones hablan por si solas, no era necesario despedirse el fue y seguía siendo parte del grupo pero en un camino diferente, sintió alivio y placer como el de obtener una victoria, haber terminado la escuela o haber besado a alguien por primera vez. Lloró, rió y se sintió feliz, el lugar era real y el estaba ahí donde su primo lo estaba invitando, nada más cruzaba por su mente, agradecimientos espontáneos a Allah en una charla directa, “me has traído a salvo aquí, por el mejor de los caminos, cientos de personas formaron el camino solo para estar aquí agradeciéndote por estar vivo y estar feliz.
Jaidar estaba solo pero por primera vez no se sentía solo, el casgul lo hacía miembro de algo, un regalo ciertamente muy importante pero que denotaba empatía por un maestro hacia él, esto es muy valioso ya que has sido bendecido por esta aceptación