Uno de los pilares del Islam es la peregrinación a la casa de Allah o Baitullah en Meca. Al llegar ahí durante los 10 primeros días del mes de Dul jiya, se circunvala el templo siete veces, se hace la oración en la estación del Profeta Abraham, se bebe agua de la fuente de Zam Zam, se hace el recorrido entre Safa y Marwa, para recordar la súplica de Hagar, se trasladan a Arafat para rezar ahí, después se trasladan a Mina para pernoctar, rezar y realizar los sacrificios y finalmente se regresan a la Meca para terminar con la peregrinación en donde el devoto se rasura la cabeza.
Más que efectuar todos los ritos, la peregrinación comienza desde que piensas en hacerlo. Juntar dinero, salud y la voluntad de superar pacientemente todos los obstáculos en un largo camino.
La actitud del peregrino es la de un moribundo, una persona que desea no volver atrás, con todas sus deudas saldadas y con todas sus metas logradas, un hombre íntegro que se va a encontrar con Dios.
Para los habitantes del Jalvet la peregrinación es una continuación en su preparación y las cartas que se enviaron a sus familias son una despedida del mundo en lo que la peregrinación se lleva a cabo.
La ruta hasta la Meca es una de las más peligrosas del mundo, llena de desiertos y peligros naturales. Afortunadamente gran parte de la ruta esta controlada por los imperios, eso disminuye los peligros del mundo, como asaltos y vandalismo en los caminos. Las ciudades se sucedieron unas a otras, rutas de caravanas comerciales competían con las caravanas de peregrinos. Ardabil, Zanyan, Bijar, Sananday, Kermanshah, Ilam y finalmente Bagdad. No hace falta decir que una peregrinación Sufi conlleva a visitar las tumbas y diferentes Tekkes de todas las órdenes. Para Jaidar este camino es una repetición de su Qalandar, pero desde otro punto de vista, primero va a caballo y segundo ahora se siente firmemente parte del grupo parte del sufismo, parte fundamental de la Uma o comunidad de Muhammad, para el es el momento de dar mas que de recibir.
Bagdad, una ciudad fundada por el Califa Al Mansur, antigua capital musulmana y en su momento del mundo, un lugar que despertó las fantasías y los anhelos de los musulmanes. Por unos momentos la ciudad de la paz, donde se decidió el rumbo de la religión, el círculo de Bagdad. La ciudad de los Santos, los grandes maestros del Islam, Hasan de Basra con un nutrido grupo de seguidores pondría las bases del sufismo y de lo que posteriormente se volvería la Jurisprudencia Islámica.
En esta ciudad se generaron las escuelas de jurisprudencia, desde el círculo de Nuaman Ibn Thabit, mejor conocido como Abu Janifa, uno de los pioneros de la Jurisprudencia Islámica, maestro de maestros.
Ciudad de Tayfur Abu Yazid Bistami, aquel aue dijo Subjani, Gloria a mi, motivo del encuentro de los maestros Muhammad Yalad aldin y Shams de Tabriz. Lugar de encuentro de todas las corrientes del Islam.
Para nuestros peregrinos visitar todas las tumbas de Bagdad es un trabajo imposible, algunas de ellas destruidas por el tiempo, otras renovadas por Califas y Sultanes. Pero también lo mundano, hay que renovar el agua y las provisiones, descansar del viaje y mantener el recordatorio.
Después de un par de días de descanso, la travesía sigue hacia Karbala, el lugar en el que fue asesinado el nieto del Profeta Muhammad, el Imam Husein, algunos cargan alguna piedra o pedazos de tierra donde se dice que murió el Imam.
Después Nayaf, lugar de la muerte del Imam Ali, padre de Husein y yerno y primo del Profeta Muhammad. La historia dice así:
El 17 de Ramadán antes de comenzar la oración del amanecer, tres asesinos interceptaron al Imam dentro de la mezquita de Kufa, y lo hirieron de muerte. Al entrar a la mezquita los fieles encontraron al Imam herido de muerte, Ali dijo, “si muero maten al asesino de un solo golpe no lo torturen”, espada envenenada fue lo que se usó. Un funesto presagio para lo que iba a sucederle a sus hijos, uno Hasan murió envenenado y Husein murió por la espada, el padre moriría por ambas el día 24. Se dice que al en su lecho de muerte, Ali estaba acompañado por el joven Hasan de Basra. Siendo apenas un adolescente, más niño que adolescente, recibió la enseñanza de parte de Ali, en unos minutos el corazón del joven se abrió a la enseñanza del verdadero Islam y que nos ha transmitido por toda la Silsila o cadena de maestros hasta nuestros días.
La tumba del Imam ciertamente es uno de los lugares mas visitados del mundo y para el grupo no pasó desapercibido. Jaidar sintió un profundo dolor en el pecho y después de un profundo llanto al salir de la mezquita de Ali, le comentó al Chelebi, “maestro, por alguna razón siento haberle fallado al Imam, no encuentro como expresarlo, pero siento que algo me falta por hacer y no puedo conciliar eso”. El Chelebi le contestó, “este dolor que sientes, trata de enterrarlo durante la peregrinación, sé que no es fácil, pero recuerda que el peregrino debe ajustar todos sus sufrimientos antes de entrar al Haram, inshallah al llegar a Meca recibas nuevas señales”.
A partir de Nayaf la ruta mas segura es seguir el Eufrates aunque parece que se pierda mucha distancia, en estos viajes el agua es crucial, seguir de Basra hacia Rukbamiya es el principio de las dificultades, ahora es necesario seguir los oasis que se presenten en el camino para sobrevivir. Por si esto no fuera suficiente, al salir de Basra el clima no parecía en ningún momento benigno. El viento comenzó a soplar de una forma inusual, además algunos derviches estaban enfermos desde Nayaf. El mas enfermo de todos era Jakub Baba, quién prácticamente montaba dormido, su paso comenzó a ser lento. Amir lo acompañaba todo el tiempo y trataba de platicarle lo que fuera para que no se durmiera, Jakub siempre decía que estaba bien y que no se detuvieran por él. Sin embargo una gran tormenta de arena comenzó a hacer estragos en el grupo. Jaidar recomendó detenerse y formar un campamento en círculo, acostando los caballos, esta maniobra era bien conocida por los Gaznavi acostumbrados al comercio en el centro de Asia. Al juntar a todo el grupo Jaidar y los demás se dieron cuenta que ni Amir ni Jakub estaban con ellos, todos en un estado de alerta comenzaron a planear una búsqueda, pero el Shaij les dijo, que tuvieran calma, que una búsqueda en estas condiciones podría perderlos a todos, el grupo debía mantenerse unido por seguridad propia y esperar a que la tormenta se detuviera. Pero Jaidar desobedeciendo al Chelebi levantó su caballo y se internó en la tormenta.
Dentro de la tormenta Jaidar trató de aplicar todo lo que su primo y su padre le habían enseñado, era algo intuitivo, tan fugaz como inasible. En un momento recordó algo que creyó le dejo Sindi Baba, usa tu corazón, sin el aún el libro de la revelación estará oculto para ti. Seguir el probable camino que hubieron tomado sus amigos era imposible. Entonces sin pensar en la propia seguridad, sin pensar en el camino, sino pensar en su amigo y murid, concentrarse con todo el corazón debía encontrarlos. Finalmente pensar en Allah y en el que él como un ser humano limitado no podría salvar a nadie, sino que Allah a través de él como un siervo entregado lo podría hacer, entender la fe como es. Comenzó a recitar la mayor cantidad de versos del Corán, siguió con algunos Jadices y finalmente el Masnavi, hasta que comenzó a recitar los nombres de los jinetes en el sueño, sin poder recordar los quince, los cinco primeros.
Ya Ajadu
Ya Kabiru
Ya Jaqu
Ya Allahu
La ilaja Ila Ju
En ese orden, su mente estaba perdida, el camino seguía interminable, rodeado de arena, en cualquier punto del mundo, después de unas cien repeticiones algo le llamó la atención, alcanzó a ver una rienda de caballo suelta a su izquierda, al tratar de retornar la rienda lo golpeó en la cara y entonces dijo “Alhamdullilah, alabado sea Allah y gracias por ayudarme”. Esa era la cuerda del caballo de Yakub, la tomó y vió a los dos derviches en el suelo tratando de mantenerse de pié mientras dominaban al caballo, el otro caballo estaba en manos de Jaidar. Se acercó a los dos y tomó el caballo, Amir se pudo incorporar y ayudó a levantar a Yakub Baba, Jaidar, en un momento de inspiración volteó a su derecha y vio un conjunto de rocas y les dijo vamos hacia allá, sin desmontar obligó a los caballos a moverse hasta las rocas. Una vez ahí pudo asegurar las riendas de los caballos. Amir al tratar de buscar un refugio en el promontorio para el Baba, se internó hasta una grieta.
La grieta abierta permitía el paso a una persona a la vez, “vengan aquí podemos refugiarnos”, dijo Amir. Jaidar respondió, me tengo que quedar a cuidar los caballos, ustedes entren”. Sin mas interés que el de ayudar a Yakub Amir lo introdujo en la grieta, solo para darse cuenta de que esta conducía a una cueva en la que al fondo se veía algo de luz. Yakub Baba se sentó sin poder decir mas mientras Amir intentaba dar con ese resplandor.
Al llegar al fondo escuchó una voz de mujer, lo que lo hizo retroceder. “Espera Asalamu aleykum, puedes pasar yo no me siento mal porque ustedes estén aquí, después de todo la tormenta es muy peligrosa”, le dijo la mujer. Amir dio las gracias y le fue a informar al Baba. En ese momento Jaidar entró en la cueva, “¿Qué pasó? ¿Y los caballos?”, preguntó Amir. “La tormenta cesó pero ya oscureció y no podemos seguir, pero, los caballos están bien”, dijo Jaidar. Jakub al incorporarse le preguntó a Jaidar, “¿Dónde están los demás?”, “no sé, solo los vine a buscar”, contestó, “el Efendi se va enojar mucho contigo, seguramente viniste por cuenta propia”, respondió Yakub. “Pero”, “no me digas mas, ahora tenemos que ver quien es nuestra anfitriona”.
Lo único que se podía ver era una vela de aceite y detrás de ella el rostro cubierto de una joven de menos de 30 años. La mujer estaba en perfecta paz y saludó muy tranquilamente al grupo.
“Sean bienvenidos, todos”, mientras les acercó un vaso de té, “disculpen pero nada mas tengo un solo vaso”, dijo la muchacha. “Te lo agradecemos y se lo agradecemos a Allah, dijo Yakub. “Ustedes son peregrinos y mas aún son derviches, sean doblemente bienvenidos, pero desgraciadamente no tengo algo para que fumen”, aseveró la muchacha. “Disculpa, pero ¿como sabes que somos derviches?”, preguntó Yakub, “debería de saberlo, Baba, ya que usted se pregunta ¿que hace una mujer aquí sola?, o ¿no?” dijo la mujer. “Existen pocas mujeres derviches”, dijo Yakub, “es interesante para nosotros conocer tu historia, pero si no deseas contarnos lo entenderemos”. “Al contrario, no es muy común tener a alguien aquí”, respondió la muchacha.
“Soy la mayor de cuatro hermanas y siempre le dije a mi padre que no quería pertenecer a ningún hombre, a pesar de la presión familiar y social, mi padre nunca me ofreció con nadie. Permanecí en casa hasta que la guerra alcanzó mi pueblo y mi padre salió a combatir, en un momento un ejército de no sé que bando llegó a saquear el pueblo y todas huimos. Como sabrán la mayoría en el pueblo éramos mujeres, nos dirigimos como pudimos al desierto. Una vez ahí encontramos una caravana árabe que comerciaba en el pasado con mi pueblo, así que nos conocían, decidimos seguir con ellos hasta otra ciudad en donde pudiéramos cobijarnos hasta el fin de la guerra, pero en el camino nos tomó por sorpresa una tormenta de arena. El grupo se disgregó y yo me perdí hasta que llegue cerca de este lugar. Pensé que iba a morir, así que me dediqué a rezar y a pedirle a Dios que, si mi destino era morir que al menos lo último que saliera de mi boca sería su nombre. Era tal mi sensación de morir, que no pensé en regresar o intentar regresar a Kufa o a algún otro lugar. Solo se que fueron algunos días, pero no se cuantos, pero cuando me estaba decidiendo a entrar a la grieta, un grupo apareció, eran unos derviches que se dirigían a la Meca, el Shaij me vió y me preguntó, como si supiera, ‘¿Qué deseas?’, morirme le contesté”. Entonces me tomo de la mano y dijo, ‘como quieras, ahora te llamarás Rabia’, permanecieron un par de días me dejaron algo de comida, me explicó la remembranza y finalmente me enseño como podía orar para otras personas. Desde ese día no lo volví a ver al Shaij, sin embargo viene mucha gente a rezar conmigo y a cambio me deja el sustento. Además antes me llamaba Walía.
La historia de Rabia era más que una bendición, como Allah escoge a quién quiere, la salvó de una muerte segura y le entrego la Baraka a través de un hombre piadoso y el sustento a través de la comunidad.
Entre las sombras algo se movía, cuando Amir preguntó, “¿acaso en un genio, Baba?” “No, es un gato”, replico el Baba, “es una gata y se llama Daf, como el pandero que usan los derviches”, respondió Rabia.
La noche siguió en conversación hasta que Rabia, les preguntó si eran derviches giradores, ellos respondieron afirmativamente. “Siempre he querido aprender a girar”, dijo Rabia. Después de un breve silencio, Yakub asintió, “le puedo enseñar solo por hoy”, entonces, Yakub hizo que se levantara y comenzó la clase. Mientras Jaidar entonaba el Masnavi y Amir trataba de llevar las percusiones con sus manos. Una velada encantada que llegó a su fin con la oración del amanecer. Ahora retomar el camino a la Meca y encontrar al Efendi eran las prioridades principales. Se despidieron y agradecieron la hospitalidad.
Jaidar se puso a cabalgar siguiendo todas las señales posibles hasta que encontró el camino, regresó por sus amigos y juntos volvieron al camino de los peregrinos. En el camino encontraron un grupo de hindúes que se veía eran peregrinos, se acercaron al grupo para hacerse compañía. Eran derviches de la orden Naqshbandi de Sirjind. Curiosamente el Gran Sahij Naqshbandi los guiaba en esta ocasión, como peregrinos y derviches los Naqshbandi recibieron a los tres con comida, regalos, bendiciones y saludos. Era tan agradable estar con el grupo que por un momento se les olvidó que habían perdido al grupo. El Shaij se sintió fue atraído inmediatamente por Jaidar y comenzaron a charlar por mucho tiempo. Jaidar le comentó al Shaij sobre sus aventuras para llegar a convertirse en un Mevlevi y que verdaderamente estaba muy contento de ser un derviche. Además le contó sobre su extravío en la tormenta y de cómo llegó a encontrar a sus compañeros.
El Shaij era Kuaya Baqibillah, quién, al sentir los nervios del grupo y en especial de Jaidar de seguir perdidos, entonces le dijo, “encontraste a tus compañeros con la ayuda de Allah, hiciste algo que no me dijiste”, “Shaij, creo haberle dicho todo, excepto que recité unos esmas o nombres sagrados de Allah”, respondió Jaidar. “Eso es en ningún momento los dejaste de repetir, incluso cuando estabas dentro de la cueva, de la misma forma encontrarás a tu maestro”. Jaidar por un momento pensó y recordó, aún dentro de la cueva, al estar platicando con Rabia, se dio cuenta de que los nombres estaban inconscientemente en su cabeza y que no se dio cuenta de esto hasta ahora.
Cabalgaron un par de horas, hasta llegar a un oasis, repleto de peregrinos, ahí Baquibillah se despidió de Jaidar y le dijo, “toma el camino de tu corazón y hallarás al maestro”. Jaidar y los demás se separaron de los Naqshbandi para comenzar la búsqueda de su grupo, entonces Jaidar comenzó a repetir los nombres y como si su caballo lo condujera al lugar indicado.
Al llegar los tres encontraron al Chelebi furioso, Ibrahim Baba había sido regañado por culpa de Jaidar y los primero que le dijo, “la desobediencia al Chelebi es lo peor que puedes hacer, una orden directa no se debe desobedecer, sin importar las consecuencias”. Sin decir más Jaidar se sentó a esperar el veredicto del Efendi.
Mientras se terminaban de refrescar, oscureció y se escuchó la llamada a la oración del anochecer, una gran masa de gente se formó en esta ocasión detrás de Ibrahim Baba y la multitudinaria oración se llevó a cabo, al finalizar el Efendi reprendió a Jaidar y a los otros por retrasarse, Jaidar llevaría un castigo ejemplar al siguiente día.
Después de la oración del amanecer, efectivamente el castigo llegó, Jaidar debería caminar detrás del grupo amarrado de una mano a la silla de un caballo con los ojos vendados y sin poder hablar con nadie, esto durante todo un día bajo el sol en la parte mas caliente del desierto de Arabia. El castigo simbolizaba la desobediencia al guía, ahora debía seguir a un guía inferior un caballo. Los ojos vendados era la falta de visión de las cosas y entonces debía observar hacia adentro.
Al llegar a Rukbaymiya, donde se encuentra un oasis y una pequeña construcción como señal para los peregrinos y donde se puede descansar, rezar y refrescarse, prácticamente es la entrada al territorio Árabe, donde la peregrinación comienza.
Aquí se pueden tomar dos caminos, el largo y el corto, el largo es rodear el Nayd pasar por Lauca, Duwayd, Sakaka, Tayma y finalmente Medina. El camino corto hay que llegar a Burayda y de ahí hasta Medina es un camino de puros Oasis.
El camino corto tiene dos inconvenientes, las tribus del Nayd no son exactamente musulmanes piadosos y tienen fama de asaltantes. El segundo inconveniente es una parte de un Jadit del Profeta en el que dice “El Nayd es un tierra de terremotos y aflicción de donde vendrá la cabeza lateral del Demonio” (I. Bujari, vol. 9, libro 88, no. 214). Muchos musulmanes evitan lo más posible el contacto con esta tierra. Sin embargo hay que cruzar una parte.
El día del castigo fue verdaderamente extenuante Jaidar tenía poco que decir y se fue a descansar cerca de una roca, se sentó y en menos de un minuto apareció una persona, su aspecto era una mezcla entre hindú y árabe, con la mirada torva siempre escondiéndola. Jaidar le preguntó, “¿eres un Qalandar?”, a lo que respondió, “extraño, en India se nos llama Sadu, pero es lo mismo.” “¿Cual es tu nombre?” preguntó Jaidar, “creo que en tu idioma no se puede pronunciar, sería como Rudra, pero mi segundo maestro Sindi Baba me puso Ladu y me envió hasta aquí para cuestionar a los peregrinos, eso, mi primer maestro se llamaba Nanak del Punyab y me envió a Herat también a cuestionar a los musulmanes de ahí”.
De pronto Jaidar se sintió estremecido, de donde y quién era este sujeto, que era posible conociera a Sindi Baba, no, no puede ser el mismo. “¿Sindi Baba de Herat?, una persona alta delgado, con un lunar en la mejilla”, inquirió Jaidar, “si el mismo, pero para que fijarse en los atributos físicos de una persona, ¿Por qué no fijarse en su enseñanza?” Contestó Sadu, “bueno, esa era una forma de establecer un contacto, pero tienes razón, todavía no termino de entender algunas cosas que me enseñó”, respondió Jaidar. “Ves como es fácil cuestionar a los peregrinos, nadie puede contestar con toda certeza si está preparado para la peregrinación, ya que si no lo está entonces no está preparado para nada, ni para el cielo ni para el infierno y ni para Allah”, dijo Sadu. “¿Eres Musulmán o que?” preguntó Jaidar. “Eso que importancia tiene, que clase de pregunta es esa, si tu estás sometido totalmente a la voluntad de Allah y eres un devoto puro y estás listo para la peregrinación que importancia tiene y a los ojos de quién eres musulmán”, respondió violentamente Sadu. Acto seguido los derviches buscaron a Jaidar para cenar, el primero en llegar fue Ibrahim Baba, quién de inmediato dijo, “deja de hablar con el Diablo y vente a cenar.” Jaidar volteó pero no encontró a nadie.
Lo monótono del camino solo se disipó al acercarse a Taif, muchos peregrinos empezaban a llenar los caminos, cada vez mas se sentía un ambiente sagrado en el aire. Los africanos, los medio orientales, los persas, los hindúes, de todas las nacionalidades, varios cientos de personas se congregan, cordialidad y concordia. Al mismo tiempo, personas que desfallecen e incluso mueren en el intento, una travesía para muchos de casi un año, sin provisiones y en el desierto del Jiyaz, el sol y el calor no tienen misericordia.
Taif, se dice que es el lugar donde se cultivan las mejores rosas, las más aromáticas, de donde se obtienen los perfumes más finos. En esta ocasión el aroma envolvía a los peregrinos con un hálito de amor. Se dice que la rosa no tenía aroma hasta que nació el Profeta Muhammad SAWS, el aroma personal del Profeta era de rosas. Cuando se efectúan las oraciones opcionales o de suna, antes o después de las obligatorias, se cree que estas son dirigidas por el Profeta y algunas personas al terminar la oración perciben el aroma de las rosas. En persa se le conoce a la rosa como gul Muhamadia, o flor de Muhammad. Los mejores perfumeros del Cairo, de Istanbul y de Damasco se surten en Taif.
Le preguntaron al Profeta, ¡cuales son las tres cosas que mas te gustan de este mundo? Y respondió “primero el salat u oración, la segunda las mujeres y la tercera el perfume, siempre hacía hincapié en eliminar los malos olores. Los malos olores molestan a los ángeles y el adab o actitud correcta con los ángeles es estar lo mas limpio posible.
De Taif a Tabuk y después a Tayma, cada vez mas el camino se iba apretando, mas y mas peregrinos, también se hacía agradable por existir mas gente con quien conversar. La medida de la devoción no existe, los juristas creen poder marcar limites, pero el amor por Allah y por su Mensajero no lo tienen. El esfuerzo y cansancio para unos es la felicidad en otros.
Un peregrino le preguntó a uno hormiga “¿A dónde vas?”, “voy a la Kaba al Baitula o Casa de Dios”, le respondió la hormiga, “no ves que eres tan pequeña, ¿acaso no crees que morirás en el intento?”, respondió el peregrino, “puede ser pero estoy en el camino correcto”.
Los peregrinos se ayudan unos a otros en el camino, se acabaron las distinciones, nadie es Persa, ni Árabe, ni Turco, no hay Chias, no hay Sunis, solamente amantes devotos compartiendo el planeta. No hay ricos ni pobres, el desierto es igual para todos, denso, pesado y traicionero, pero la fe está encima de todo, la compasión, “así como me trates, así te tratará Dios”, según una tradición del Profeta.
En un descanso para pernoctar, una vez mas Jaidar soñó con una puerta que debía romper, en una mano llevaba una lanza y en la otra el estandarte, atrás de el estaba Sadu, quién le decía, “rómpela ya”, y por otra parte su primo, le decía, “estas listo para portarlo, pero no para romper la puerta”.
Al despertar la faena del desayuno y el viaje lo distrajeron y no pudo contar el sueño, hasta llegar al siguiente punto para dormir. En un círculo con los demás derviches Jaidar pudo contar el sueño, la verdad es que la expresión del Chelebi no decía si estaba satisfecho o estaba molesto, la forma de interpretar los sueños es muy particular para cada persona y en este caso el Chelebi tenía una expresión difícil de determinar.
“Ayer estuvimos cerca de Jaibar, una de los últimos lugares que l Profeta conquistó antes de morir”, dijo el Chelebi. Entonces contó la historia que muchos ya sabían, pero no todos estaban concientes de la interpretación.
‘Tajil bin Sad, relató que un día antes de la batalla de Jaibar, el Profeta dijo que daría el estandarte a aquel en cuyas manos estaría la victoria bajo la bendición de Dios, aquel que es el amado de Dios y del Profeta. La siguiente mañana la gente se arremolinaba para pedirle el estandarte, entonces el Profeta mandó llamar a Ali y se le dijo, “sus ojos le duelen”. Pero aún así Ali se presentó, el Profeta le frotó los ojos con los dedos y sanó. Entonces Ali preguntó si el ataque debía llevarse a cabo como siempre, entonces el Profeta le dijo, “no, primero invítalos al Islam y si no que se preparen a recibir al León joven o Jaidar que viene de parte de Dios el más Elevado, o Al Ali”.
Como era de esperarse los jactanciosos jaibarianos no se rindieron ya que su ciudad estaba amurallada y nunca pensaron en ser derrotados. La batalla comenzó pero en el primer intento los musulmanes fracasaron ante el muro hasta que Ali cabalgó hasta la puerta y les dijo síganme y los conduciré a la victoria. La batalla continuó hasta que Ali rompió la puerta y los musulmanes pudieron conquistar Jaibar’.
“Para el sueño de Jaidar, es mas que evidente que cargarás ese estandarte algún día, no se como pero así será, la negatividad representada por Sadu es la que te impulsa a hacer cosas que aún no te corresponden, mientras tu primo que representa la bondad, te indica como debes proceder según tu estado espiritual”, dijo el Efendi. “Para la historia, el único preparado espiritualmente en ese momento para hacer una conquista espiritual y no material era Ali, el Profeta le abre un nuevo estado de conciencia con la curación de los ojos, mientras que el discípulo en este caso Ali demuestra obediencia, fe y tenacidad y es cuando puede romper la puerta y conquistar ese estado espiritual que el Profeta le prometió”.
Nadie puede expresar con palabras la magia que es hacer la peregrinación, cientos de personas juntas para saludar al Profeta y alabar a Allah. Cerca ya de la ciudad de Medina todos los peregrinos formando una sola fila que termina en el Jaram de Medina, la mezquita del Profeta, donde está enterrado. Espontáneamente alguien saca un bendir o pandero y se pone a tocar, los derviches comienzan a cantar los ilajis de saludos al Profeta, mientras toda la gente se les une, es una verdadera fiesta, cientos y después miles. Llegar a Medina la iluminada, Medinat ul Nabi o La Ciudad del Profeta, una de las paradas de la peregrinación.
Al llegar a Medina las prioridades son encontrar a los demás mevlevi y formar el campamento. No tardan en encontrar a Tozun Baba, un muy buen amigo de Mujib Efendi. El campamento y el área para mas derviches está listo solamente hay que desempacar. Tozun Baba es un comerciante que comercia en el Mediterráneo con algunos barcos de su propiedad, así como varias caravanas a lo largo de Africa y el Medio Oriente.
La hospitalidad de Tozun Baba es notable, parece traer una despensa portátil que comparte con todos. Después de una sustanciosa comida, el grupo se acerca a la tumba del Profeta. Como es costumbre, se circunvala la tumba, mientras se hacen peticiones personales y se rezan algunos versos del Corán, se dicen las acostumbradas salutaciones o salawats al Profeta y sus compañeros al finalizar la circunvalación.
Allajuma Sali Ala Sayidina Muhammad
Wa ala aliji wa sahbiji wa SalimDios mio derrama tu Paz sobre el Señor Muhammad
Así como sobre sus compañeros
Es indescriptible la sensación que se tiene al estar con el Profeta, tantos siglos de historia que acompañan a este lugar. La tumba se localiza a un lado de la mezquita que en su tiempo fue su casa. En el patio de la mezquita se encuentra una palmera que se dice el mismo plantó. Esta planta era en la que el Profeta se recargaba cuando recitaba el sermón o jutba los viernes. Pasaron años hasta que sus compañeros le construyeron un púlpito o mimbar al cual se subía para sobresalir y que todos lo escucharan mejor. El primer viernes que utilizó el mimbar se dice que la palmera lloró.
Otros lugares para visitar en Medina son el mausoleo de Fátima la hija del Profeta, así como las tumbas de otros compañeros y familiares del Profeta.
Al regresar al campamento, Jaidar y sus compañeros se dan cuenta de que están rodeados por muchos aspirantes a derviches de varias Tekes Mevlevi, de Ankara, de Damasco, del Cairo, de Estambul y desde luego de Kenya. Eso significa que el Shaij Efendi ha arribado, es un momento emocionante para los aspirantes, poder conocer al Gran Maestro sucesor de Jazreti Mevlana.
El grupo del Chelebi Mujib, es el primero en acercarse a saludar al Gran Chelebi, a cada derviche lo examina con la mirada y explora la mirada de cada uno. Siempre existen nervios y es normal sentirse intimidado por la presencia de tan gran maestro. A Jaidar lo ve y le pregunta “¿tú eres el recitador de Gazna?”, “así es”, responde Jaidar. A los demás los saluda igualmente. Al escucharse el llamado para la oración de la noche, terminan las salutaciones y la tertulia que se había armado entre todos. Después de rezar en la mezquita del Profeta se van todos a descansar.
Después de la oración del amanecer, se realiza la oración Yanaza para un recién fallecido que se encuentra en la mezquita, después un contingente lo carga hasta el cementerio de Al Baqh para ser sepultado. Este es un momento importante para muchos ya que se internan para localizar las tumbas de los compañeros del Profeta y poder visitarlas. Los derviches son los primeros en entrar, la paz y la serenidad que da estar en este cementerio al amanecer es reconfortante.
Al regresar al campamento el Chelebi les espera a todos con un regalo de Tozun Baba, una extraña bebida caliente que ha preparado con algo de leche de las borregas y camellas del sacrificio y con un ingrediente que dice Tozun compró en el Mediterráneo, se llama chocolate, o algo así. Un mercader italiano que a la vez lo compro de un español, ese ingrediente es de una tierra lejana llamada Tenochtitlán, ahora conocida como Nueva España. La bebida según se dice es muy alimenticia. El precio de este ingrediente es tan alto que solamente un Sultán podría pagarlo. Otro regalo del Shaij Tozun es un nuevo jachis, también de esas tierras, este nuevo ingrediente enriquece al jachis turco en el narguile y permite un sabor y perfume más agradable. Estos regalos son un lujo que Tozun comparte con su Chelebi para que este los comparta con los demás derviches.
El Chelebi Fahr, envía a los derviches a realizar varias tareas. Visitar la mayor cantidad de lugares en donde se desarrollaron los eventos históricos de la vida de la primera comunidad musulmana. Visitar la primera mezquita que el Profeta construyó, así como el lugar de la batalla de Ujud.
En la visita a Ujud, la reflexión vino del hecho de que fue una derrota militar para el Islam, por parte de los jefes del Quraish. El Profeta Muhammad, se encontró con una desventaja numérica, además contaba con caballería ligera liderada por Jalid Ibn Walid. El Profeta dijo, “esos caballos no me gustan”, entonces colocó a los arqueros en una colina para cubrir la retaguardia y su flanco izquierdo, pensando en que esos caballos podían causar mucho daño. Al comenzar la batalla los musulmanes pudieron repeler el ataque con mucha facilidad, esto ocasionó que los arqueros rompieran la formación permitiendo la incursión de la caballería por la retaguardia causando la muerte a varios musulmanes importantes. Al estar observando los mausoleos de Jamza y de los demás, una visión instantánea en la que el Profeta al estar en el suelo pensaba,
“Amado Allah ¿Por qué las cosas son así? Solamente vengo a dar un mensaje, el mensaje que tu me das para ellos y lo único que veo es violencia”. Entonces Allah el Supremo le contesta, “Este es asunto Mio, no tienes por que preguntar, levántate y pelea”.
Entre ellos el tío del Profeta Jamza, quién era la persona mas experimentada en combate. El Profeta fue atacado en varias ocasiones, perdiendo dientes y recibiendo heridas en el rostro y en el brazo. Muchos comenzaron a gritar “¡el Profeta está muerto!”, esto hizo que Ali desatendiera la batalla por tratar de auxiliar al Profeta, recibiendo una herida en la espalda.
La muerte de Jamza no fue algo convencional, fue fruto de una venganza, la esposa de Abu Sufyan, el líder del Quraish. Contrató a una persona para que eliminara a Jamza. Jamza fue cazado, su cuerpo fue mutilado, su cabeza y su hígado fueron llevados con esta mujer, quién para completar su venganza trituró el hígado con agua y lo bebió servido en el cráneo de Jamza.
Estos actos fueron derogados con el triunfo del Islam, el significado de este acto sin embargo tiene que ver algo con la dirección de la batalla, el hígado representa nuestras pasiones negativas, el cráneo nuestro intelecto. En este acto se pone de manifiesto que las pasiones irreflexivas cuando dominan al intelecto el resultado es desastroso tal como lo fue la batalla. La desobediencia y la falta de disciplina de los musulmanes los condujo al desastre.
Esa batalla simboliza el dejarse llevar por los nafs o instintos, ninguna situación debe tomarse a la ligera, menos aún una batalla en la que las personas mueren.
Los muchachos después de esto entendieron que la obediencia al Shaij es tan importante como la que se debe tener en una batalla. La preparación que estaban recibiendo les conferiría nuevas responsabilidades que solo la mente capaz del maestro podría conducir a un buen resultado.
De camino al campamento Jaidar, Selim, Amir y los demás jóvenes Mevlevi se toparon con una agradable sorpresa, cerca de la mezquita del Profeta estaban Zain, Jamid y Suleyman, los qalandari amigos de Jaidar. Este encuentro estuvo lleno de fraternidad y gozo para todos, unos nuevos amigos se formaron en ese momento. En el campamento el Shaij, los reunió para mencionarles los peligros de estar en una muchedumbre tan grande, que aunque todos eran peregrinos en ese tumulto, los ladrones aprovechan la candidez y hospitalidad de los peregrinos para robarles. En ese momento entró Selim y en voz alta y emocionado dijo, “allá afuera están todos los derviches de todas las órdenes, los Qadiri, Bektash, los Jalveti, los Shadili, los Naqshbandi etc.” Sin tomar aire, “también dicen que está el Qutub, el máximo maestro del Islam”.
Ante tanta emoción el Chelebi les dijo a todos salgan y convivan por favor. Todos los peregrinos formaban grupos que invitaban festines a todos sin importar. Era verdad cientos de derviches con sus maestros, de los que se daba a notar un grupo muy grande de la India, mientras mas tiempo pasaba el grupo se crecía más. Aunque los Turcos y los Hindúes no se llevan muy bien, el magnetismo que este grupo tenía era inexplicable. Jaidar y sus amigos mevlevi junto con los qalandari se acercaron, solo para ver que al que llamaban Qutub estaba sentado al centro simplemente dando lecciones y charlando del Profeta y de Allah elocuentemente, el Qutub hizo una seña para que permitieran el paso al grupo de jóvenes recien llegado. El Qutub no era otro que Baquibillah el shaij Naqshbandi que se había encontrado en el camino. Los jóvenes estaban sorprendidos cuando el Qutub abrazó cariñosamente a Jaidar. Permanecieron allí toda la noche mientras se escuchaban las elegías al Profeta, recitadores del Corán y algunos ilajis.
Al siguiente día las cosas parecían moverse rápidamente, levantar tiendas y campamentos para comenzar la marcha de varios días a La Meca. En fin no hubo tiempo para despedirse ni para saludar al resto de los qalandar. Aunque ya rodeados de personas el viaje iba a ser menos peligroso, el cruzar el desierto siempre es un gran reto.
A los tres días de viaje el ánimo comienza a decaer, semanas de viaje comienzan a pesar en la rutina de viaje, además ninguno del grupo al parecer ha soñado algo. Esto último puede verdaderamente cansar a un derviche. Ahora el mando del grupo completo cae en manos del Chelebi Fahri.
Ante tal desesperación Jaidar tuvo un sueño durante la cuarta noche. Jaidar se encontraba en el campo parado en un círculo de tierra amarillenta, alrededor de esta estaba otro círculo de pasto verde y alrededor de este un círculo negro. Jaidar sabía que dentro del círculo debía rodar sobre la tierra, mientras hacía esto la tierra lo iba envolviendo hasta que se formaba un cascarón de esta a su alrededor, entonces el Chelebi Mujib se encargaba de sacarlo rompiendo esa cáscara.
Al escuchar esto el Chelebi Fahr, dijo, “has sido iniciado”, en eso llamó en privado a casi todos, comenzando por el Shaij Mujib, seguido de Ibrajim Baba, Tozun Baba y todos los Murshids ahí reunidos. Todos los demás derviches se preguntaban la razón de la repentina junta. Cuando finalizó la expresión de todos los Murshids era la de haber sido regañados. En silencio el grupo se encaminó hacia La Meca.
La última estación antes de La Meca se conoce como el Miqat, es el lugar donde se prepara el peregrino para entrar en el estado de ijram. En este caso es la mezquita del árbol y el lugar se llama Dul Julaifa. Popularmente se cree que en este sitio el Califa Ali mató a un genio. Para esto se realiza un limpieza completa del cuerpo, se cortan las uñas y todos los vellos en las axilas, así como el las partes privadas. Se viste con las ropas del peregrino que también se llama ijram, para los hombres son dos pedazos de tela blancos sin ningún distintivo ya que esto significa que los hombres son iguales ante Dios, un par de sandalias y talvez un cinturón para amarrar la parte de abajo. Aquí es donde se realiza la intención de efectuar los rituales de la peregrinación, se realizan dos postraciones. De acuerdo con el Madjab Hanafi, común a casi todos los Mevlevi, se debe recitar, “aquí estoy Allah con la intención de efectuar la peregrinación, haz que se me facilite”. Después de esto se recita el Talbiya
La baik Allahuma Labaik La sharika laka Labaik inalJamda wa niamata Laka wal mulk La sharika laka
Aquí estoy Allah mio
Ciertamente no tienes asociados, toda alabanza y toda Gracia son tuyas
Todo el Reino es tuyo
Y ciertamente no tienes ningún asociado
Al llegar a La Meca se encontraron con cientos de personas y un contingente del ejército turco que aún no portaban las ropas de ijram. Por el uniforme Jaidar y los Murshids supieron que eran la guardia del Sultán, otros ahí eran el destacamento que vigilaba la ciudad. Entonces algo fuera de lo común estaba sucediendo, antes de entrar en la zona del Jaram o la zona de la mezquita principal todas las caravanas estaban siendo desviadas al lugar de los campamentos ya que este día en especial el Sultan iba a dar comienzo a la peregrinación de este año.
Este año los peregrinos iban a entrar por la misma puerta debido a las maniobras de seguridad que se implementaron para Suleyman el Magnifico. La formación de los peregrinos comenzaba cerca de la mezquita de los genios atrás del mercado y finalizaba a la entrada de la Mezquita Sagrada. El grupo Mevlevi alcanzó a ver la Kaaba al centro de la mezquita, y fue entonces que alcanzaron a pronunciar el Allahu Akbar y LailajailaAllah, finalizando con una súplica cuando los soldados los hicieron formarse en dos filas, permitiendo una avenida de aproximadamente seis metros entre los peregrinos.
Jaidar y los jóvenes quedaron al filo de la avenida, mientras los Babas y Murshids quedaron enfrente. Las quejas y lamentos de todo el mundo se oían, muchas familias quedaron unas frente a otras, decenas de idiomas diferentes se escuchaban y murmullos, que fueron silenciados por los guardias. En turco se escuchó del que parecía el oficial de mas alto rango decir el “sultán y el estandarte están presentes”.
Jaidar pudo entender lo del sultán, pero lo otro no le quedó claro, todas las emociones encontradas, los enemigos de su pueblo y el estandarte frente a él, parecía que era el único en la multitud que podía reconocerlo. Fue entonces cuando Amir emocionado le dijo a Jaidar y a los demás, “¡el estandarte, el mismo, el de la batalla de Jaibar!” Jaidar entendió lo del estandarte pero el estaba volteando hacia el lado contrario, hacia el lado de la Mezquita, los muchachos lo jaloneaban y emocionados decían “¡el bendito estandarte!” Al fin algún objeto que perteneció al Profeta, estaría frente a ellos. Jaidar estaba distraído porque en la multitud pudo ver un rostro familiar. Era Mansur Tabrizi, aquel consejero del Sha Tahmasp que convenció al Sha de usar a los Gaznavi en la batalla.
Los pensamientos de Jaidar retornaron al evento enfrente de él, El Sultán iba a entrar a la Mezquita, seguido de un séquito y el estandarte. El Sultán aún vestido como peregrino, sin su turbante y sin sus demás atuendos era imponente, una personalidad única. Detrás de él algunos de sus visires, su hijo Mehmet y detrás una pequeña escolta.
Al centro de la escolta está el estandarte, en esta ocasión un hombre vestido de peregrino lo va a sostener. Su nombre es Mustafá Mola Efendi, un gran jurista y autoridad religiosa de Estambul, muy apreciado por su piedad y su sabiduría entre las personas de la corte y el pueblo en general. Ex soldado del ejército de Selim Sha, en fin todas las cualidades y virtudes de un buen musulmán y súbdito del Imperio.
Aunque el calor es agobiante todo el año en la ciudad de Meca, Mustafá Efendi, avanzado en años, está sudando demasiado, se ve agitado y con dificultad recibe el estandarte. Aún así camina junto con la escolta a un paso notablemente más lento que el de Suleyman y el resto del séquito.
La emoción de la multitud se puede sentir, nervios y alegría, lágrimas de algunos al ver la punta del hasta del estandarte. De pronto el Sultán se detiene y saluda a un peregrino, este peregrino besa la mano del sultán y Jaidar en un vuelco ve a ese peregrino, es Mansur Tabrizi, el corazón de Jaidar de por sí agitado por la presencia de Suleyman, un hombre al que casi mata en batalla, el estandarte y ahora esto, ¡como! El hombre enemigo del Imperio Otomano, por el que sus primos perdieron la vida, besando la mano del Sultán, en eso Amir y los demás le gritan “¡Jaidar, el estandarte míralo!” Un momento de confusión, Jaidar envuelto en la ira, en la decepción y en la angustia apenas puede oír lo que le dicen, voltea con la faz enrojecida y dice “¡¿Qué?!”
Mustafá Efendi cae al suelo, victima de un infarto, Jaidar sin saber por qué instintivamente levanta los brazos, el estandarte justo cae encima de él, lo alcanza a golpear en el hombro, pero milagrosamente reacciona y lo sostiene, lo sostiene como si fuera de él, toda la multitud en silencio observa la escena, el mismo Sultán voltea y se queda boquiabierto. Jaidar sotiene el estandarte por unos minutos hasta que la guardia se apresura a atender a Mustafá Efendi, y otro grupo se apresura a recoger el estandarte de manos de Jaidar. Después de unos minutos el orden se reestablece, para todos, menos para Jaidar.
A pesar de que durante el estado de Ijram no se pueden tener conflictos personales ni ideas que no estén fijas en la peregrinación o en Dios, Jaidar aunque estaba tranquilo, pensaba mucho. Es increíble que un conflicto personal se pudiera desatar en un lugar tan sagrado. Su estado era notoriamente exaltado así que el Chelebi Fahr le aconsejó no entrar por el momento a la mezquita. También se le ordenó regresar al Miqat para reiniciar el Ijram al siguiente día.
A Jaidar se le prestó un caballo, se le proporcionó comida y agua. Marchó hasta llegar al MIqat cerca del anochecer, rezó con los peregrinos la oración del anochecer y se dedicó a revisar sus sentimientos. Sin ponerle atención a nadie, pensó en lo que significa el sentirse traicionado, en sentirse fuera de algo y lo que hay que cumplir para estar dentro de algún grupo. El ser musulmán, todas las exigencias que debe un devoto cumplir. En las personas, las personas que nos acompañan, ¿de verdad están con nosotros? ¿Hasta que punto el maestro es necesario? ¿La peregrinación es indispensable?
Se sentía fugitivo, fuera del conglomerado, rodeado de gente se sentía solo, que no encajaba, si todos los esfuerzos verdaderamente son tomados en cuenta por Allah, si vale la pena abandonar el hogar y volverse un peregrino. ¿A caso no hay gente con dinero, que va y viene sin preocuparse por nada? ¿Es que el mundo es el verdadero infierno? Al lugar que venimos a sentir dolores y claro, claro al morir nos espera la victoria. Un consuelo meramente o un acto de fe inviolable. Rezó finalmente la oración de la noche ya muy tarde, hasta quedarse dormido, pidiéndole a Allah una respuesta.
Esa noche soñó a su vez que estaba dormido dentro de una cueva, entonces era despertado por alguien, a puntapiés. Sin levantarse volteaba hacia arriba y veía a un hombre de turbante guinda, con una espada en la mano que la apuntaba cerca del cuello de Jaidar y le decía, “ya es hora despierta”.
Cerca de las 4 de la mañana un sonido familiar lo despertó, de entre todo el campamento improvisado de peregrinos dormidos, unos pasos apresurados y un sonido como de cadenas en movimiento se escuchó. Desde luego los qalandari, rápidamente se incorporó y en la oscuridad a penas los distinguió, eran Rajim Baba y sus derviches, la oración del aurora. Buscó agua entre sus cosas e hizo la ablución, para continuar con la oración. Entonces se dirigió a saludar al Shaij. En contra de todas las probabilidades, había encontrado al Baba.
Jaidar contó su experiencia en Meca con el estandarte y con el yenab Mansur, el sueño no podía contárselo ya que tenía prohibido contárselo a otro que no fuera el Shaij.
Rajim Baba con autoridad le dijo, “¡el mundo está lleno de cosas que nos parecen injustas! No por eso vamos a alejarnos del camino de Allah, como diplomático y militar Mansur debe reconocer y respetar la autoridad de un Sultán.” “Pero para mí es como una traición”, dijo Jaidar. “Los hombres debemos saldar nuestras diferencias en las formas mas extrañas, lo que tienes en las manos es lo que debes resolver, no lo que pasó o lo que vendrá, tu estuviste en el barco de los diplomáticos y lo viste, además como derviche viviste al momento, en peligro y en hambre, los derviches no nos preocupamos por el siguiente instante, solo por lo que Allah nos permite hacer, ya que en el siguiente instante probablemente habrás muerto”, respondió el Baba. “En cuanto al estandarte deberías estar agradecido, cumpliste el destino que Allah había puesto para ti, ese estandarte es tan tuyo como lo es del Sultán y como lo fue del venerable Ali, en vez de lamentarte, levántate. Piensa, otro hombre murió el día de ayer solo para que tú, jovencito lo levantaras y en que lugar en La Meca. No tientes las bendiciones de Allah y busca como congraciarte con Él por todo lo que has vivido”.
Estas palabras desarmaron a Jaidar quién justo después de la oración del amanecer estaba listo en el traje de Ijram, subió las pertenencias de los qalandari a la montura y se dispusieron a efectuar la peregrinación Tamatu.
Todo el camino se repitió el Labaik, hasta que al entrar en la Mezquita Sagrada, los ojos de Jaidar pudieron ver la Kaba.
Allahu Akbar Lailajail Allah
Dios es lo mas grande no hay mas Dios que Allah
Con firme intención los qalandari y Jaidar se concentraron en la peregrinación, pero siempre concientes de sus acompañantes. La intención era llegar al momento de la oración de la tarde para luego comenzar la circunvalación. Al descubrirse el hombro derecho Jaidar notó que había sido ensuciado con excremento de pájaro, una paloma o algún halcón que son numerosos ahí. Esto provocó que Jaidar buscara agua para limpiar su Ijram, de esta forma se perdió de la oración de la tarde y no volvió a ver a los qalandari ese día. Jaidar continuó con la peregrinación lo mejor que pudo.
Encontró la piedra negra y desde ahí, levantó la mano dijo Allahu Akbar, besó su mano y comenzó a hacer las siete vueltas, cada vez que pasaba por la piedra, volvía a levantar la mano y a besarla.
En ningún caso pudo besar la piedra, debido a la cantidad extraordinaria de personas que ahí se encontraban. Vio a uno de los guardias y le preguntó, “donde se encuentra el Makam de Ibrajim,” siendo este el lugar donde se cree que el Profeta Ibrajim o Abraham rezó. El guardia le indicó, “estás parado encima de él”, Jaidar agradeció y rezó sus dos ciclos de postraciones que se deben hacer.
Al finalizar corrió al pozo de Zam Zam y bebió la mejor agua del mundo, un sabor mineralizado suave que verdaderamente refresca el paladar. De ahí se dirigió al monte Safwa de donde la Bendita Hagar, esposa de Ibrajim y madre del Profeta Ismael, suplicó por comida y corrió hasta el monte Marwa para buscar la ayuda de alguien. Al no ver a nadie, regresó a Safwa, esto lo hizo durante siete veces hasta que Allah le envió comida en las fauces de un halcón y una caravana pasó cerca de ella, Hagar ofreció el agua del manantial que estaba escondida para los demás, excepto para Ismael y su madre.
Jaidar pudo completar el recorrido fácilmente, sin embargo en cada parada, rezaba por su familia, por sus amigos y por su comunidad. Siempre pidiendo, para su madre salud y para su padre fortuna, para sus hermanos una buena educación, para sus murshids y compañeros derviches salud y bendiciones que Allah produjera más amor en sus corazones. Para él una vida en la que pudiera siempre agradar a Dios a través de las enseñanzas de su maestro, una vida honesta en la que pudiera tener, si no riquezas una buena posición para escoger una esposa, tal vez como Karima o Mariam o las dos. Salud y bienestar para Sindi Baba, aquel que lo invitó a perseguir a Dios, paz y libertad para los qalandari de Rajim Baba. Y finalmente claridad para todos los musulmanes la comunidad e Muhammad, que las diferencias no solo terminen en el campo de batalla sino en la cordura y la diplomacia. Que el Islam llegue a todo el mundo, “¿todo el mundo?”, pensaba, si incluido ese nuevo mundo que aún no conocía. En todas partes las criaturas de Allah deben adorarle y a nadie debe negarse el Islam.
A unos 50 metros de finalizar el recorrido, se comenzó a escuchar la llamada a la oración del anochecer, Jaidar corrió y justo cuando terminó sus plegarias en Marwa la oración comenzó y las filas se formaron. Al terminar Jaidar sabía que el tumulto lo podría perder, así que se dirigió con el barbero más cercano y se cortó el pelo casi al ras, con la intención de raparse al terminar el Jayy.
Jaidar arribó a la zona de campamentos, todo lo que recordaba de ahí había sido cambiado, muchas mas personas y tiendas alrededor. Una tienda le llamó la atención tenía colgada una pequeña espada dorada en el quicio, al acercarse se dio cuenta de que era un amuleto de la Zulficar, la espada de Ali. En ese momento salió de la tienda Mansur Tabrizi. La sorpresa de ambos fue grande al reconocerse, un momento en el que al no saber como actuar o que decir un asalamu aleykum lo resuelve todo. Esa noche las preguntas incómodas lo llenan todo, “definitivamente no es de todo mi agrado, pero ahora mis acciones están por encima de mi individualidad, lo que yo haga o diga cambiará para siempre el destino de cientos de vidas”, dijo Mansur, “pero, ¿donde queda la integridad del individuo? Sin esta no vale la pena salvar vidas”, replicó Jaidar. “En primer lugar como soldado debo reconocer en Suleyman a otro soldado, sus ideas de conquista son aparte, en segundo lugar, el mundo no es blanco y negro mañana verás a tus amigos como enemigos y a tus enemigos de tu parte, esto sucede diariamente y no podemos mas que adaptarnos”, dijo Mansur. La tristeza de Jaidar era evidente, aún no podía reconciliar lo que veía, con las palabras de Rajim Baba y con lo que sentía. Hasta que Mansur dijo lo último, “estamos aquí con un propósito aparente y con uno real, el aparente es que yo participe en el tratado de paz que se va a firmar ‘La Paz de Aymasia’”. “¡Paz!”, interrumpió Jaidar, “si paz, una guerra en la que nadie ganó, entonces se arregla con un tratado, y ahora somos ‘amigos’”, agregó Mansur.
Un breve silencio detuvo a los dos, que a su vez estaban rodeados de los compañeros de viaje de Mansur. “Tal vez durante 20 o 30 años habrá paz, ¿de que lado estarás? Después, también soy una persona a la que las circunstancias rebasan, soy un soldado, pero también diplomático, me gusta mas ser soldado, ya que tienes una definición exacta entre el bien y el mal, pero tampoco me gusta matar, en este momento prefiero la diplomacia”, dijo Mansur y continuó. “Esto que te acabo de contar es la razón por la que en este jach está el sultán de peregrino con el estandarte y toda su corte, vienen a agradecer a Allah por este tratado, al menos por un tiempo los musulmanes dejaremos de matarnos entre nosotros.” “Viéndolo así no tengo mas que decir”, dijo Jaidar, “te dije mi propósito aparente, pero el real es mas interesante y te involucra, yo y mis compañeros contaremos en todo el Imperio Safavi, que Jaidar de Herat cargó el estandarte del Profeta”, dijo Mansur. Jaidar salió de la tienda con el estomago lleno, pero con una sensación de satisfacción personal muy grande, las bendiciones y las lecciones de Allah vienen de los lugares mas extraños.
Como ya era de noche no pudo encontrar a nadie, se sentó a esperar la oración de la noche, pero no vio a nadie conocido en la oscuridad cuando esta empezó, la hizo y durmió solo hasta la hora del amanecer, como lo harían los jinetes en la antigüedad sobre el lomo del caballo.
Al amanecer, aún montado lo despertó el característico llamado a la oración hecho por Sami Baba en un tono muy agudo. Todavía adormilado, se encaminó como si el caballo supiera el camino hasta su comunidad.
El amanecer sin duda es una hora mágica, pero la aurora es la hora de los derviches. Las filas de oración estaban completamente formadas por derviches de todas las órdenes.
Este era el día antes de Arafat, cuando se realiza la preparación y se lleva a cabo la intención de hacer la peregrinación mayor o Jach, esto les tomaría un par de horas, para después partir hacia Mina, este es el séptimo día del mes de Duljiya.
Al llegar a Mina la atmósfera se impregna de un temor devocional, pernoctar aquí es recordar la epopeya del Profeta Ibrajim, como cumplió su destino y como se encontró con Allah, en este lugar sellaría para siempre su misión profética y su paso a la historia. Prácticamente se les había pedido a los derviches que conversaran entre ellos y con las demás personas lo menos posible, tal como si estuvieran en un jalvet. Para los derviches la peregrinación era un jalvet en movimiento, solamente Dios y tú.
Al siguiente día la rutina era casi la misma, despertar con el Fayer u oración del amanecer, para seguir el camino hacia Arafat.
Arafat está coronado por un monte en donde se cree que ocurrirá el Juicio Final, es un recordatorio de que todo ha de pasar, todo terminará un día y lo que no estés haciendo ahora tampoco lo harás después. Es por esto que los derviches no pueden distraerse un momento de su Zikr personal, ni de estar únicamente pendientes de la oración del Dujur o del mediodía, solo aquí se juntan ambas oraciones, para que siga la marcha hacia Muzdalifa.
En Muzdalifa se efectúan las oraciones del anochecer y de la noche, para poder partir hacia Mina nuevamente a la media noche, algunos se quedan hasta el amanecer en Muzdalifa.
El día en Mina comienza con el arrojar piedras a las tres columnas que representan la negatividad, aquel demonio que intentó seducir a Abraham y que el mismo expulsó con piedras, desde ahí al demonio se le llama el lapidado.
El grupo regresó a La Meca para realizar el sacrificio, desde luego los derviches jóvenes no traen el dinero suficiente para pagar los borregos del sacrificio, sin embargo, para la comunidad existen suficientes borregos comprados por Tozun Baba y por Fahri Baba. El sacrifico o Qurban se lleva a cabo para asegurar que el animal no sufra, para ser concientes del dolor que causa la muerte y para asegurar la calidad de los alimentos, la carne finalmente se reparte entre todos los peregrinos, aún los que no tengan suficiente dinero para costear uno. Es en este momento en el que se termina de cortar el cabello del peregrino y finaliza el estado de Ijram. La peregrinación ha llegado a su fin y comienza la fiesta.
Es obligatorio hacer la circunvalación una vez mas y todo el rito dentro de la Mezquita de la Kaba. Para el grupo es un día especial ya que por la presencia del sultán la puerta de la Kaba se ha abierto a toda la gente por algunas horas.
El interior de la Kaba, el lugar construido por Abraham e Ismael, el Baitulah o Casa de Allah, defendido y atendido por Abdul Mutalib, abuelo del Profeta Muhammad, reconstruido en tiempos de Muhammad y coronada por el con la piedra negra. El lugar de nacimiento de Ali, el lugar que significó la victoria del Profeta sobre los idolatras. Conquistar tu corazón y expulsar los ídolos de él, esa fue la victoria del Profeta, quién en hombros cargo a Ali para destruir al último ídolo. Esta imagen no deja lugar a dudas, el soporte y origen de todo el Islam, carga al hombre Santo que apoyado en el concluirá la enseñanza para la humanidad, al destruir un ídolo. El penetrar en ese recinto hace temblar a cualquiera, es en ese momento el centro del mundo, conectada con Bait al Muqalis o la Kaba celestial.
Al finalizar los derviches y los murshids que han hecho un largo ayuno para hablar, al fin se pueden comunicar, se abrazan y las lágrimas ruedan, la felicidad de haber cumplido con los preceptos de Allah, una meta más alcanzada.
Jaidar va con su murshid Ibrajim Baba y le cuenta lo ocurrido en el tiempo que no se vieron, lo del Baba Rajim, lo de Mansur Tabrizi desde luego el sueño después de lo del estandarte.
El tiempo de receso es muy corto hay que volver a Mina para estar y pernoctar los siguientes dos días de Eid o fiesta del fin de la peregrinación. El Chelebi Fahri concede a Jaidar la conducción de su caballo hasta Mina, mientras este le cuenta el sueño y sus experiencias.
La interpretación que el Fahr Efendi dio era muy hermosa, “el hombre en el sueño es Ali y te ha concedido su estandarte, eres un hombre bendito con Baraqa, si decides seguir el camino de Ali eres bienvenido, pero depende de ti”.
“Las personas no sueñan con Ali todos los días solo algunos reciben este gran favor”, comentó Fahr Efendi. Al llegar a Mina se repite el lanzamiento de las siete piedras y se pernocta nuevamente. Al tercer día de fiesta se repite el lanzamiento y se recoge el campamento para regresar a La Meca. Al llegar a la Mezquita Sagrada se puede hacer la circunvalación de despedida y con esto el Cherif de Meca da por concluida la peregrinación.
Ese día los murshids y Shaijs de las distintas órdenes se reúnen para charlar, fumar y beber incontables tazas de té, ese día Jaidar se despide de las personas que conoció y que puede ver, los qalandari y otros derviches que conocieron en Medina también se despiden.
El Chelebi y los demás regresan para dormir, desde luego les tiene noticias a los Mevlevi y los convoca para informarles. Primero agradece a Allah con una súplica y después pide bendiciones al Profeta, a Ali y al resto de sus compañeros, para finalizar con los respetos a Pir Mevlana. Agradece el buen comportamiento de los derviches y los magníficos sueños que se presentaron en una peregrinación muy especial. Además comenta que el día de mañana los neófitos serán iniciados. Otra noticia que Jaidar ya sabía, era la paz entre los imperios, lo que no sabía era lo difícil, Suleyman se quedaría con Irak y el este de Anatolia, mientras que Azerbaiyan pasaba a manos de Tahmasp. Es decir Azerbaijan se volvería Shia.
Al día siguiente después de la oración de Tajayud o de la aurora, la piel roja del Shaij se posó en el piso con la cabeza apuntando hacia la Kaba, entonces uno a uno los derviches caminaron hacia el Chelebi Fahri, siempre escoltados por dos murshids. En recuerdo de Judaybiya, cuando al Profeta se le impidió hacer la peregrinación, les dijo a sus discipulos, “quien quiera tener una relación más íntima con su Profeta y con Allah que se acerque”, entonces todos le tomaron la mano derecha.
Así ahora los nuevos hijos de Hazreti Yalaludin, tomaban la mano del Chelebi y cambiaban su destino, simbolizando una relación más íntima con su Profeta.
A casi ninguno se le agregó un nombre excepto a Jaidar, ahora sería Jaidar Murtaza el León que siempre llega a un buen acuerdo. Las iniciaciones tomaron hasta la oración del amanecer, para los nuevos estaba programada una visita a la cueva en el monte Jira, donde el Profeta recibió la revelación. Ambos lugares requerirían caballo. Para esta actividad Sami Baba y Yakub Baba eran los encargados de llevar al grupo, sin embargo el Chelebi Mujib también fue con ellos.
Mujib Efendi y Jaidar platicaron a lo largo del camino a lomo de caballo. “Efendi, ¿por qué me inició? Sabiendo que tendría problemas con Fahri Chelebi?” Preguntó Jaidar, “los maestros no sabemos todo como la gente piensa, es más no somos erutitos en el manejo de la jurisprudencia, vemos lo que está en nuestro corazón y lo tratamos de interpretar de la mejor forma posible. Es decir Allah se comunica a través del corazón generalmente por medio de los sueños, sueños personales o de los discípulos”. Dijo Mujib Efendi y prosiguió, “no es muy común que un maestro cuente un sueño al discípulo, pero lo voy a hacer.” “Estábamos algunas personas en una mezquita, toda iluminada y con candiles dorados, varias filas y varios grupos, casi todos ellos sin dirección, es decir sin maestro, entonces un grupo que estaba cerca, el que pensaba era el mío estaba, entonces tomaba la decisión de invitar a todos a formarse con nosotros, en ese grupo estabas tú y una señorita como de tu edad, extraño ahí con los hombres, entonces te decía que convocaras a todos con el llamado, pero era ella quién lo hacía, nadie la detenía y te dirigías a ella como Maryam, al otro día, a pesar de todo lo que estaba en contra te di la iniciación”.
“Pero ¿como se puede saber eso?” Preguntó Jaidar. A lo que el Shaij respondió, “no hay forma de saberlo, solo se siente, el maestro puede iniciar al que algún día será su asesino, nadie lo sabe, pero el maestro tiene que dar la Baraka ya que no le pertenece, es un regalo de Allah y debe ser transmitida a la persona correcta.” “¿A caso soy esa persona?”, preguntó Jaidar.
“Los resultados posteriores confirman el hecho, pero no todo está resuelto, Allah pone el tablero de ajedrez y nosotros jugamos, esta inexactitud es por la que se nos critica tanto, pero nada es exacto, este mundo aunque fue creado por Allah es una criatura más por lo tanto inexacto. El que cargaras el estandarte, es en sí un hecho asombroso, casi milagroso, pero no lo hubieras cargado sin la iniciación que te dí, era necesaria para que cumplieras tu destino y el de todos los demás”. Respondió el Shaij.
“Chelebi, ¿los derviches seguimos una enseñanza oculta?” Preguntó Jaidar, “si algo que no está en el Corán”. “El Corán está ahí y aparentemente no tiene nada oculto, la revelación ahí está, pero la madurez que adquirimos al resolver nuestros paradigmas en la vida, nos hace merecedores del conocimiento oculto. Es decir a los ocho años un niño se puede aprender todo el Corán, pero que tanto le entiende, es un hecho que no todo, cuando la persona madura, tiene experiencias, su visión del Corán cambia, es más día con día ya que su perspectiva del mundo cambia con el aprendizaje. Seguramente cuando tus primos murieron en batalla tu percepción de la muerte cambió radicalmente, por ende lo que se menciona en el Corán de la muerte lo entiendes de otra forma, una que si no es muy académica si es tuya y nadie te la puede negar o censurar”. Respondió el Shaij.
Jaidar insistiendo sobre el tema, “con respecto a lo oculto, lo que llamamos Batin, Sindi Baba en Herat, me habló de una trascendencia, de algo no manifiesto.” “A lo que los musulmanes rezamos es una emanación de es trascendencia, recuerda que en el viaje nocturno nuestro bienamado Profeta arribó al séptimo cielo, solo a donde ninguna otra criatura podría entrar, ni los ángeles, solo el hombre. Ahí al final existe un árbol, el Árbol de Loto, después del límite que marca este árbol no hay nada, o hay todo, nada porque no tiene formas y de hecho no está manifestado, nadie lo puede entender pero es la trascendencia pura a la que nada llega, pero todo abarca, no se corrompe con nada y siempre ha existido, es el dominio de Ju, Él, La ilaja ila Ju, no hay nada a parte de Él.” Contestó el Shaij, y en palabras de mevlana.
“El camino espiritual arruina el cuerpo, pero poco a poco lo restaura. Se debe derribar la casa para hallar el tesoro y con ese tesoro mejorarás la casa.”
Después de tanta información y tan elocuente, arribaron al Monte Jira, lo difícil es el camino de subida otra media hora para llegar a la entrada de la cueva. Como era de esperarse mucha gente se arremolinaba para entrar, Jaidar apenas encontró un espacio para colocar los caballos, mientras todos subieron, él se quedó a unos metros mas abajo para cuidar a los caballos. Mientras esperaba se puso ha rezar con su tasbij, cuando un muchacho de su edad se sentó a platicar con él. Su nombre era Yibril, era la segunda generación de musulmanes conversos, su madre había sido judía en España y su padre musulmán converso del norte de África. En un momento de la conversación la plática se tornó áspera, Jaidar le decía que era necesaria la guía de un maestro, mientras Yibril sostenía que solo tu intelecto te podía sostener y al final eso sería juzgado por Allah, además el era hijo de las dos casas por su madre era Israelita y por su padre Ismaelita y nadie podía rebatirlo. Entonces Jaidar le contestó, puedes tener todo lo que presumes, pero no eres merecedor de ello, no has buscado el conocimiento y no te has sometido verdaderamente, eres arrogante y la arrogancia solo lleva al infierno. Has respondido con la verdad, respondió Yibril, puedo escuchar en mi corazón que has pasado la prueba, después de esto se retiró sin despedirse.
Jaidar aún sorprendido por el diálogo, se levantó y en ese momento aparecieron los derviches, “¿quieres subir?”, preguntó Sami, “tienes unos minutos”, a lo que Jaidar respondió, “gracias, pero ya deseo retirarme”.
El Chelebi les dijo al bajar del monte, “el Chelebi Fahri desea que los nuevos derviches, Amir, Jaidar y Selim vayan con él a Konya y se queden allí, después de eso tal vez no nos volvamos a ver, ahora serán derviches a su cargo y por favor por muy sorprendidos que estén no cuestionen la decisión del Gran Chelebi.”
Durante el regreso hubo un silencio absoluto y no se comentó nada hasta la mañana siguiente para comenzar la partida hacia Turquía. El Gran Chelebi Fahri le dijo, “hay cambios en este mundo y todos debemos ajustarnos pacientemente, hay apegos que son sinceros para con quienes nos enseñaron, pero un verdadero derviche no debe tenerlos o luchar con ellos para minimizarlos, solo les puedo decir a los derviches de Azerbaiyán que su enseñanza será completada junto a la Turbe de Pir Mevlana y de su maestro Shems”. En total sumaban diez los derviches de las distintas Tekkes Mevelvi de Azerbaiyán, un nuevo capítulo en la vida de todos, la historia es implacable, en algún momento te alcanzará y tu mundo volverá a nacer.